POLÉMICA EN LA IGLESIA

Cañizares ve «un caballo de Troya» en la «invasión de refugiados»

Afirma que no son «perseguidos» y que peligra «la historia y la identidad» de Europa

Cañizares, ayer, en un momento de su andanada contra los refugiados.

Cañizares, ayer, en un momento de su andanada contra los refugiados.

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El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, levantó ayer una enorme polvareda al reclamar que se ponga freno a «la invasión de emigrantes y refugiados» en Europa. El purpurado puso en cuestión que la mayoría de personas que en los últimos meses han entrado en los países europeos sean realmente «perseguidos» y abonó por el contrario la tesis de que forman parte de un «caballo de Troya dentro de las sociedades europeas y, concretamente, la española». Para, al final, remachar: «No se puede jugar con la historia y la identidad de los pueblos».

La andanada de Cañizares, durante un desayuno informativo del Fórum Europa-Tribuna Mediterránea, obligó incluso a salir al paso a la Conferencia Episcopal, cuyo secretario general, José María Gil Tamayo, sin desautorizar directamente al arzobispo de Valencia, aseguró que la posición de la Iglesia española es la de «ayudar y acoger» en la crisis humanitaria de los refugiados. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, reclamó la dimisión de Cañizares por sus «manifestaciones racistas», mientras que el de Valencia, Joan Ribó, le acusó de situarse en «la extrema derecha» de la insolidaridad. La socialista Elena Valenciano ironizó con el siguiente mensaje en Twitter: «La jerarquía católica española siempre tan compasiva y cristiana».

«¿Qué nos está pasando en Europa?», comenzó preguntando Cañizares durante el desayuno informativo, al que acudieron, entre otros, el expresidente de la Generalitat Valenciana Francisco Camps, la presidenta del PP en la comunidad autónoma, Isabel Bonig, y concejales del PP en el Ayuntamiento de Valencia. «Esta invasión de emigrantes y de refugiados es todo trigo limpio? Con la que viene ahora, ¿dónde quedará Europa dentro de unos años?», prosiguió a continuación.

El arzobispo reclamó «lucidez» para descubrir «quién está detrás de todo esto» [la avalancha de peticionarios de asilo] y volvió a sembrar las dudas -«¿Vienen simplemente porque son perseguidos?-, para luego contestarse a sí mismo: «Muy pocos lo son». Finalmente, Cañizares pidió: «Seamos lúcidos y no dejemos pasar todo porque hoy puede ser algo que queda muy bien, pero realmente es el caballo de Troya dentro de las sociedades europeas y, en concreto, la española».

NO MÁS POBRES QUE ANTES / En otro momento del desayuno, e interrogado sobre «si la crisis justifica los recortes sociales» acometidos por el Gobierno, Cañizares afirmó que no ve en la actualidad a «más gente pidiendo en la calle o viviendo debajo de un puente que antes» y defendió que España vive «una recuperación económica que hay que reconocer».

Asimismo, Cañizares defendió la unidad de España como «un bien moral» y acusó al obispo de Solsona, Xavier Novell -que animó a los catalanes a participar en el 27-S-, de haberse apartado de la doctrina social de la Iglesia.