CONFLICTO GRAVE DE CONVIVENCIA EN EL BAGES

Amenazas de muerte y nuevo ataque al centro de menores

El alcalde de Sant Salvador de Guardiola, Albert Miralda (con camisa azul claro), habla sobre los incidentes con unos vecinos, el viernes.

El alcalde de Sant Salvador de Guardiola, Albert Miralda (con camisa azul claro), habla sobre los incidentes con unos vecinos, el viernes.

FERRAN COSCULLUELA / GIRONA

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Las agresiones contra el centro L'Estrep y contra los menores que viven en esa casa de acogida situada en Sant Salvador de Guardiola (Bages) no cesan. Después de que el pasado lunes unas patrullas vecinales irrumpieran en las instalaciones del centro y amenazaran a los educadores y a los chicos, y de que un día más tarde unos individuos no identificados destrozaran una furgoneta en la que viajaban uno de los menores y un educador, en las últimas horas se han vuelto a registrar nuevos episodios de violencia, tal como denunció ayer el centro ante los Mossos.

El viernes, sobre las 14.30 horas, un chico de 14 años acogido en el centro fue increpado y amenazado por ocho individuos que viajaban en dos coches y una moto cuando el menor se encontraba solo en la calle, tras salir del instituto Pius Font i Quer de Manresa, donde estudia. «Varios jóvenes lo acorralaron y le amenazaron diciéndole que si lo volvían a ver por El Calvet (una urbanización de Sant Salvador), a él o a alguno de sus amigos, los matarían».

Los responsables del centro no se explican cómo sabían esos individuos que la víctima es uno de los chicos que vive en L'Estrep y han asegurado que los menores acogidos y los trabajadores del centro están empezando a sentirse atemorizados. «Tenemos mucho miedo de que un día de estos agredan a uno de nuestros chicos en Manresa. Esa gente no entra en razones y nadie la sabe parar», lamentó ayer la directora de la casa de acogida, Emma Torres.

INTRUSOS

Ayer, horas después de este nuevo incidente, los educadores del turno de noche de la casa de acogida se encontraron con una desagradable sorpresa cuando, ya de mañana, se disponían a regresar a sus casas. Por la noche alguien había saltado la valla de la parcela donde se ubica el centro y se había dedicado a pinchar las ruedas y a rayar los vehículos de los trabajadores. Los agresores dañaron tres coches. Los educadores del centro han denunciado a los Mossos estos hechos y las amenazas de que fue objeto el menor acorralado en Manresa.

Los vecinos de la urbanización de El Calvet que el pasado lunes atacaron el centro sostienen que no querían hacer daño a nadie y que lo único que pretendían era hablar con la dirección de L'Estrep porque consideran que algunos de los menores acogidos son responsables de una ola de robos en el barrio. Luiz Zajara, portavoz de las patrullas vecinales, explicó que aquella noche habían sorprendido a dos menores entrando en una casa de El Calvet y que, al verse descubiertos, los chicos fueron recogidos por un educador del centro que viajaba en una furgoneta y conducidos a la casa de acogida.

Zajara y otros dos vecinos que participaron en el ataque del pasado lunes contra el centro de menores fueron detenidos y están en libertad con cargos, después de haber sido imputados por un presunto delito de desórdenes públicos. Este joven reconoció a este diario que el día en el que entraron en L'Estrep con otros 50 vecinos llevaba unos palos de Kalis, unas armas que se utilizan en las artes marciales, de las cuales es practicante.

La directora de L'Estrep y otros siete educadores han declarado que los agresores profirieron gritos racistas contra los menores (la mitad de los 40 chicos alojados son de origen marroquí) durante el ataque al centro. Los representantes vecinales de El Calvet, por su parte, aseguran que no se trata de un asunto de racismo, sino de un problema «de lucha contra la delincuencia».