Mas apoya el tranvía por la Diagonal de Colau y enoja a Trias

El 'president' recibe a la alcaldesa en la galería gótica del Palau, ayer.

El 'president' recibe a la alcaldesa en la galería gótica del Palau, ayer.

CRISTINA BUESA / BARCELONA

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La alcaldesa de BarcelonaAda Colau, salió el jueves del Palau de la Generalitat con un triunfo con el que no contaba. Su sonrisa se alargó más de lo habitual al proclamar que el president, Artur Mas, en la primera reunión de trabajo desde que ella accedió a la alcaldía, le había expresado su "plena sintonía" para la unión del tranvía por la Diagonal. La victoria es superior si se tiene en cuenta que Xavier Trias (CiU) rechazó siempre la conexión de las dos líneas por dicha avenida, aduciendo problemas técnicos y de movilidad.

De hecho, esta era una de las principales diferencias durante la campaña entre CiU y Barcelona en Comú en materia de infraestructuras. Trias había planteado un bus eléctrico que resolviera el transporte por la Diagonal y había calificado de "catástrofe" la idea de unir el tranvía. El hecho de que Mas avalara ayer el plan de Colau fue una desautorización en toda regla al exalcalde.

MÁS ALLÁ DE SIGLAS Y PARTIDOS

La alcaldesa insistió en la idea de que "todos" los equipos técnicos "más allá de partidos y siglas" habían aplicado "sentido común"para concluir que el recorrido más sensato entre Glòries Francesc Macià es la Diagonal, precisamente remodelada por el gobierno anterior entre esa plaza y el paseo de Gràcia. Los dos responsables estimaron que cuanto antes se liciten los estudios para ejecutar esta obra, mejor. No obstante, la vicepresidenta portavoz Neus Munté, encargada de dar la versión del Ejecutivo catalán, recordó que el debate se centrará ahora en el calendario y en la financiación.

La reacción del grupo municipal de Trias llegó unas horas después y fue fulminante. "CiU recuerda a Colau y a Mas que la única consulta popular hecha en Barcelona rechazó el tranvía por la Diagonal", zanjaba, al tiempo que insistía en su apuesta por el bus eléctrico. Tal era el enojo en las filas convergentes, que en la nota enviada subrayaba que esta apuesta de transporte "podría dar la impresión de que se opta por tomar decisiones que favorezcan a una empresa privada frente a la pública de TMB", lanzó. Poco después, Presidència hubo de salir a matizar que cuando el president había dado su beneplácito al tranvía solo se refería a la conexión de las líneas, sin especificar el trazado. Pero ya era tarde.

LEY DE BARRIOS

Mas y Colau hablaron de otras infraestructuras, como la L-9. Más allá de la reclamación municipal de que el metro no pase de largo sin parar en la Zona Franca y los barrios de la Marina (donde la infraestructura está acabada pero las estaciones no), la Generalitat sí coincidió en la prioridad de este servicio ferroviario, pero solo pudo confirmar la llegada al aeropuerto de esta línea el próximo febrero. Como en este caso quien debe pagar las obras es el Govern, Munté se encogió de hombros: "Trabajaremos para movilizar los recursos que no tenemos".

Otro de los debates que estaban sobre la mesa era el de la deuda de la Generalitat con Barcelona. Si las últimas cifras facilitadas por el gobierno municipal anterior hablaban de 44 millones de euros de deuda vencida, el Govern admitió ayer 35. Esta distancia responde a unos pagos que se han podido satisfacer recientemente gracias al Fondo de Liquidez Autonómico (FLA).

REUNIÓN EN SEPTIEMBRE

Según la versión de Colau, además de este importe hay otros 20 millones pendientes de la ley de barrios. La novedad, reveló la alcaldesa, es que el Ejecutivo de Mas está en trámites de admitirlos. Esto supondría que la deuda reconocida es de 55 millones. Sin embargo, ambas administraciones se emplazaron a una reunión de la comisión mixta Generalitat-ayuntamiento la primera semana de septiembre para cuantificar otros posibles pagos pendientes en ámbitos como los servicios sociales o equipamientos.

Una vez cuenten con esta información podrán reactivar la comisión de la deuda que funciona desde el mandato anterior en el ayuntamiento. El presidente del grupo municipal del PSCJaume Collboni, recordó a Colau que Mas "ha tomado el pelo a Barcelona en los últimos años" y cifró la deuda en 300 millones. Su homónimo del PP, Alberto Fernández, calificó a la alcaldesa de "palmera" del president y opinó que había bajado "el listón" de la exigencia barcelonesa por debajo de lo que lo hizo en su día Trias.

DESACUERDO EN LA TASA

Donde no hubo acuerdo ni acercamiento fue en la distribución de la recaudación de la tasa turística. Mientras Barcelona pide gestionar el 100% de este impuesto, Mas rechazó que pueda hacerlo por encima del 48%, que es lo que se pactó hace unos meses. Colau avisó que continuarían insistiendo "desde el diálogo" porque ese dinero "es necesario para reinvertirlo en los lugares en los que la presión turística es superior", interpretó.