«No es más que un acto de justicia social»

TERESA y XAVIER: TIENEN A DOS HERMANOS EN ACOGIDA

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ROSA MARI SANZ

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Dicen que han crecido a nivel individual y también como matrimonio, que han rejuvenecido, que desde que son padres de acogida se han hecho un favor porque se sienten más generosos y mejores personas. La culpa la tienen dos hermanos que desde hace seis años viven con Xavier y Teresa, padres de tres hijas que ya están independizadas.

"Cuando las niñas eran pequeñas ya habíamos tomado la decisión, pero al final esperamos a que marcharan de casa", explica la pareja. Poco después de hacer el proceso y las entrevistas recibieron la llamada esperada. «Nos dijeron que eran dos hermanos de 4 y 7 años y nos pareció fantástico, así no tenían que separarse», explica Teresa, profesora, quien considera que no hacen más que un «acto de justicia social». «Es muy difícil de entender una sociedad que no se preocupa de que sus niños estén cuidados y sean queridos por un entorno familiar», afirma. Reconocen que no ha sido fácil. «Cuando lo vives te das cuenta de que en ocasiones es muy difícil, pero muy satisfactorio. Se han de adaptar a nosotros y nosotros ellos», explica Xavier.

Teresa también confiesa momentos de flaqueza: «Ha habido situaciones muy duras. Nunca para decir se ha acabado, pero si de dudar si lo conseguiríamos, si estábamos capacitados o éramos, o somos, las personas adecuadas… Pero siempre hay un teléfono donde llamar, con profesionales que te dan respuestas, pautas…» Los niños están perfectamente integrados en la familia y la evolución a nivel emocional y escolar, cuentan, ha sido espectacular. «Nosotros somos sus padres, cuando vamos a la escuela lo dicen, aunque tienen muy claro que su padre biológico [al que ven periódicamente] es otra persona. Viven de forma natural esta situación», dice él. Son felices viéndoles felices. Como cualquier padre. «Nos planteamos la acogida como un servicio, si pueden recuperar a su familia de origen, fantástico.

No han perdido nada, cuando se vayan habrán ganado una familia y eso les da una seguridad increíble», cuentan. Y a modo de campaña para animar a familias, Xavier concluye: «Todos los niños necesitan una mano para cogerse en un momento dado en la vida, una mano amiga». Ellos se la brindan cada día a sus hijos de acogida.