EL LARGO RECORRIDO DE LA EVOLUCIÓN

Hallado en Etiopía un ancestro de los humanos

La nueva especie de australopiteco fue coetánea de Lucy hace 3,3 millones de años

Una de las mandíbulas.

Una de las mandíbulas.

ANTONIO MADRIDEJOS / BARCELONA

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Nuestra tatarabuela Lucy y otros miembros de su especie, considerados nuestros antepasados directos más antiguos, no estuvieron solos en las primeras fases de la evolución humana: hace 3,3 millones de años, cuando la famosa hembra de Australopithecus afarensis deambulaba por las tierras áridas de lo que hoy es la región de Afar, en Etiopía, también vivía en la zona otra especie de homínido desconocida hasta ahora.

Un equipo coordinado por el investigador etíope Yohannes Haile-Selassie, del Museo de Historia Natural de Cleveland, en EEUU, ha descubierto en la zona de Woranso-Mile, a 25 kilómetros de donde en 1974 fue localizado el esqueleto casi completo de Lucy, un conjunto de fósiles (dos mandíbulas y un maxilar con dientes, así como huesos más pequeños de difícil adscripción) de otro australopiteco que, aunque mantiene algunas similitudes con A. afarensis, es demasiado diferente como para considerarlo de la misma especie, explica el coautor Lluís Gibert, investigador la facultad de Geología de la Universitat de Barcelona (UB).

Los autores del hallazgo lo han bautizado como Australopithecus deyiremeda -«pariente próximo», en lengua afar- y le han calculado una antigüedad de entre 3,3 y 3,5 millones de años. La gran relevancia de la nueva especie es que, como subraya Haile-Selassie, «se confirma que Australopithecus afarensis no es el único ancestro potencial de los humanos». Los restos aparecieron en el 2011 en dos emplazamientos próximos y pertenecen a individuos diferentes, según subraya el estudio, que se publicó anoche en la revista Nature.

Australopithecus deyiremeda difiere de Lucy y sus congéneres en la forma y tamaño de los dientes, que son más pequeños y con un grueso esmalte, además de tener una mandíbula inferior más robusta, en la línea de los posteriores géneros Paranthropus y Homo. «Los dientes muestran que tenía una dieta más variada que Lucy, no exclusivamente herbívora, posiblemente con la presencia de gramíneas y frutos secos», indica Gibert.

IDEAS PRECONCEBIDAS

La nueva especie ahonda en el debate sobre la diversificación en las primeras fases de la evolución humana. «Algunos colegas se van a mostrar escépticos porque rompe esquemas», asume Gibert. Los científicos han sostenido durante décadas que solo hubo una especie de prehumanos en el periodo comprendido entre hace 4 y 3 millones de años, lo que convertía a Australopithecus afarensis en nuestro único ancestro posible en esa época.

Sin embargo, los hallazgos primero de Australopithecus bahrelghazali en Chad (1995) y luego de Kenyanthropus platyops en Kenia (1999), de una antigüedad similar a Lucy, empezaron a desafiar esas «ideas preconcebidas», como las define Gibert. A todo ello se suma el reciente descubrimiento de unos huesos del pie en otro paraje de Woranso-Mille que, aunque no se han podido atribuir a una especie concreta, está claro que no son afarensis. «Es posible que no solo hubiera dos especies coetáneas -dice el geólogo de la UB-, sino incluso tres o cuatro. ¿Por qué no?»

Gibert, que regresó a Barcelona tras realizar una estancia posdoctoral en Berkeley, considera que la diversificación de homínidos de aquella época fue alentada por una intensa aridificación de la zona que supuso la transformación de antiguos lagos en paisajes fluviales.