El polvorín del verano

El Ayuntamiento de Blanes pide ayuda porque teme que la llegada de turistas agrave el problema

F. C. / BLANES

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El concejal Joan Salmeron (ICV-EUiA) puso el dedo en la llaga en el pleno municipal del pasado jueves: «Si no somos capaces de reconducirlo (el problema), en verano se nos juntará con los visitantes que vienen de vacaciones y puede ser un polvorín de difícil control».

Un temor más o menos compartido por la totalidad de los regidores del consistorio, que votaron a favor de un acuerdo para solicitar a la Generalitat que destine más Mossos a la población y para reclamar al Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas que les permita aplicar una tasa o impuesto con el fin de cobrar a los establecimientos de ocio nocturno los desperfectos y los gastos de limpieza y de seguridad que provocan los excesos de sus clientes.

«Estos jóvenes no vienen aquí porque el ayuntamiento haya montado una fiesta mayor. Vienen porque unos particulares programan unas actividades», afirma el alcalde Josep Marigó (PSC), que considera que la ocupación de la calle por parte de los clientes de la discoteca es un problema de orden público que excede sus competencias.

Salomé, una vecina que vive en el bloque de apartamentos Lotus, situado frente a la discoteca Arena, no opina igual. Su comunidad de vecinos ha presentado una reclamación de responsabilidad patrimonial ante el ayuntamiento para que les indemnice con casi tres millones de euros por la pérdida de valor de las viviendas debido a las juergas nocturnas en la calle, y por no hacer cumplir la normativa acústica. Una acusación que el alcalde rebate de esta manera: «Controlar el ruido de un establecimiento es fácil, pero no lo es tanto controlar el follón que montan 700 personas en la calle», afirma.

Víctor Carbonell, propietario de un apartamento en el Edificio Zeus, situado a 200 metros de distancia de Arena, asegura que su comunidad también denunciará al consistorio por los mismos motivos. «El barrio de Els Pins es una de las zonas de Blanes en las que se venden más pisos porque no se puede dormir», asegura. Una queja que comparte Mercedes García, una vecina de los apartamentos Lotus que se muda este mes de barrio, cansada de las molestias y de que le abollen a patadas el coche.

De poco ha servido que en las últimas semanas el propietario de la discoteca haya puesto en servicio un autocar gratuito para trasladar a los clientes a la estación de tren con el fin de evitar actos vandálicos, como las caminatas sobre los capós y los techos de los coches que llevan a cabo algunos chicos. Una medida paliativa que tampoco ha evitado que los vecinos del barrio de La Plantera, por donde pasan los jóvenes para ir a la terminal ferroviaria, sigan haciendo patrullas entre las cuatro y las siete de la mañana del domingo, con el fin de evitar el vandalismo.