Buscado un hijo de los ancianos asesinados a golpes en Valldoreix

A uno de los dos ancianos la muerte le alcanzó mientras huía de su agresor en la terraza trasera con tiestos de flores que el matrimonio asesinado cuidaba en su casa de Valldoreix, en Sant Cugat. Los cuerpos de la pareja, de 85 y 81 años, fueron hallados el lunes por la mañana cuando la asistenta social que les visitaba periódicamente no pudo acceder al domicilio. Nadie contestó al teléfono, ni al timbre. La mujer alertó entonces a la Policía Local de Sant Cugat que recurrió a los bomberos para que derribaran la puerta. Habían sido golpeados hasta la muerte.

Las víctimas eran padres de dos hijos varones. Anoche, numerosas patrullas de los Mossos d'Esquadra, incluido uno de los helicópteros de la policía autonómica, buscaba por los alrededores de Valldoreix a uno de los hijos del matrimonio.

Desde el primer momento los Mossos centraron las pesquisas en el entorno familiar más próximo del matrimonio asesinado, concretamente en uno de los hijos que, según fuentes al corriente de la investigación, sufre un trastorno psiquiátrico. A primera hora de la tarde se descartó que las muertes correspondieran a un nuevo episodio de violencia machista en el que el hombre se hubiera suicidado tras asesinar a su esposa. Tampoco había elementos para trabajar la hipótesis de un robo con violencia en el domicilio. Ninguno de los accesos a la vivienda unifamiliar había sido forzado y, tras una primera inspección ocular, los investigadores no echaron en falta objetos de valor.

Sobre las dos de la tarde, un furgón de los servicios funerarios se llevó los cuerpos de los ancianos. A falta del resultado de las autopsias, el escenario hacía intuir que el matrimonio fue asesinado a golpes.

LA TERRAZA

Uno de los ancianos fue salvajemente golpeado en la terraza trasera de la vivienda, con jardín, frutales y huerto que en los últimos tiempos el matrimonio tenía abandonado por los achaques de la edad. La casa se levanta sobre un gran terreno, el último de una calle sin salida que muere en una riera. Desde la parte superior del monte vecino se podía ver trabajar a los mossos de homicidios y de la policía científica, esquivando un enorme charco de sangre sobre el que apareció uno de los dos cuerpos. La casa de tres plantas estaba con las persianas abiertas. Un vecino de la pareja se cruzó el sábado con el matrimonio cuando regresaba del mercado de frutas y verduras de la estación de Valldoreix. «Nos saludamos. Como siempre».