FORO DE OPINIÓN PRIMERA PLANA

Mariano Marzo: «El 'fracking' en EEUU ha cambiado el equilibrio mundial»

ANTONIO MADRIDEJOS / BARCELONA

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La obtención de gas, petróleo y otros hidrocarburos gracias a la controvertida técnica de la fracturación hidráulica o fracking «ha cambiado en solo seis años el equilibrio geopolítico» del mundo y puede explicar desde la reciente bajada del precio del petróleo o las tensiones energéticas en Oriente Próximo hasta la pérdida de competitividad de las empresas europeas en el mercado global o el reciente acuerdo climático anunciado por Estados Unidos y China. Así lo comentó ayer Mariano Marzo, catedrático de Estratigrafía de la Universitat de Barcelona (UB) y especialista en recursos energéticos, durante el foro de debate Primera Plan@, organizado por EL PERIÓDICO DE CATALUNYA y Banc Sabadell.

Gracias a los hidrocarburos no convencionales, EEUU se ha convertido en el primer productor del mundo de gas natural y ha reducido el 30% sus exportaciones de petróleo. «Ha sido el gran beneficiado de una dinámica que, además, ha perjudicado a los países productores que no se alinean con él, como Rusia, Irán y Venezuela», explicó.

Marzo insistió en la importancia de la energía como motor de la economía. Dos países con rentas similares pueden tener consumos muy diferentes debido a su eficiencia, pero en líneas generales el desarrollo económico ha ido acompañado históricamente de un aumento fuerte en el consumo. ¿Y qué sucede actualmente?, se preguntó: «Pues que nos enfrentamos a tensiones importantes en el sistema porque gran parte del mundo, pero especialmente China, la India y el Sureste asiático, quieren crecer y necesitan energía para sus millones de habitantes». El cambio puede ser enorme si se tiene en cuenta, según el ejemplo citado por Marzo, que los 20 millones de habitantes del área urbana de Nueva York gastan la misma energía que los 800 millones de subsaharianos.

Según el catedrático de la UB, la segunda cuestión que plantea es lógicamente de dónde van a salir los recursos. «Somos la cultura de los hidrocarburos. Nos guste o no. Si ahora prescindiéramos de ellos, el sistema se hundiría», insistió Marzo. Actualmente, el 82% de la energía primaria del mundo procede del carbón, el gas y el petróleo. «Tenemos la concepción de que son cosa del pasado, pero la realidad es que, pese a que las renovables crecerán mucho y que es necesario luchar contra el cambio climático, en el 2025 los combustibles fósiles todavía supondrán el 75%».

ALGO HA CAMBIADO

Coincidiendo con la crisis, desde el 2008 algo ha cambiado en el mundo. «Ha habido un renacimiento del petróleo y el gas en EEUU. Y todo, pese al estigma de ser una industria sucia, es gracias al fracking», explicó el profesor mientras enseñaba una portada de la revista The Economist con Obama disfrazado de jeque y el siguiente título: The Petrostate of America. El fracking «ha sido una revolución», añadió. En cuanto al petróleo, la fracturación hidráulica ha devuelto a EEUU a los niveles de producción de los años 80 del pasado siglo. El cambio es aún superior en el caso del gas natural, «al que no se le ve un retroceso hasta al menos el 2040». EEUU ha apostado por el autoabastecimiento y va camino de lograrlo, mientras que Europa importa el 90% de las materias primas.

¿Y qué implicaciones tendrá para la economía? Una muy clara es su efecto en el precio del petróleo. Si al aumento de la producción motivado por el fracking le sumamos una cierta desaceleración del consumo mundial por culpa de la crisis (y porque algunos países no han tenido el crecimiento esperado), se entiende entonces por qué el crudo, que recientemente estaba a 115 dólares el barril, se sitúe ahora a 80.

El panorama es «fantástico» para EEUU. No solo se ha convertido de la noche a la mañana en una potencia en recursos energéticos, sino que sus empresas ya empiezan a explorar las posibilidades del fracking en otros países, como México, Brasil y Argentina. «Eso significa no tener que depender ni de Oriente Próximo, ni de países inestables del norte de África o ni de Nigeria».

Para Europa, la situación va a ser crítica, según Marzo: «Europa no puede competir con EEUU por el coste de la energía y no puede competir con Asia por la mano de obra». Por poner un ejemplo, según el profesor, los consumidores estadounidenses pagan mil euros menos que los europeos por el mismo consumo.

Si el fracking no es la solución, ¿qué se puede hacer? Marzo concluyó que lo esencial, en lo que nadie tiene dudas, es que hay que avanzar en mejoras de eficiencia y ahorro que permitan producir lo mismo con menos gasto. Lo que va a continuación puede discutirse -desde un gran fomento de las energías renovables o un mantenimiento de la nuclear, por ejemplo-, pero ante todo «lo imprescindible es que haya una planificación, un gran acuerdo que no sea una rémora para la competitividad de las empresas».

Y UNA CATALUNYA INDEPENDIENTE...

«¿Y qué perspectivas energéticas le esperarían a una Catalunya independiente», preguntó el director de este diario, Enric Hernández. «Se han hecho análisis que yo no comparto -dijo Marzo-. Es cierto que Catalunya tiene infraestructuras para, por ejemplo, generar electricidad gracias a la industria nuclear e incluso se ha llegado a decir que la electricidad saldría más barata que en otras partes de España -es curioso porque hay partidos independentistas que son partidarios de cerrarlas e igual tendrían que revisar ese concepto-, pero se olvida algo fundamental. Al margen de que Catalunya no dispone de materias primas y de que en renovables se ha avanzado muy poco, a nivel geopolítico no se dispondría del control de los gasoductos y de las redes de electricidad. Todos los centros de control están ahora en Madrid ¿Los podríamos traer en barco? ¿Cuándo vamos a negociar el reparto de aguas territoriales? Antes de hablar de cómo será, creo que es necesario un debate sereno sobre la viabilidad del proceso desde un punto de vista energético»