GIRO EN EL CASO DE LA SERIE DE PUÑALADAS

El agresor de Lleida acuchilló a un extranjero en La Rioja en el 2012

Arriba, Alejandro Ruiz sale tapado con una sábana y escoltado por dos policías locales del Hospital Santa Maria de Lleida, donde médicos forenses le hicieron una revisión psiquiátrica. Sobre estas líneas, la última víctima de Ruiz, a quien dejó clava

Arriba, Alejandro Ruiz sale tapado con una sábana y escoltado por dos policías locales del Hospital Santa Maria de Lleida, donde médicos forenses le hicieron una revisión psiquiátrica. Sobre estas líneas, la última víctima de Ruiz, a quien dejó clava

EVA VISA / LLEIDA

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A la sorpresa de que el autor confeso de los cinco apuñalamientos en cadena ocurridos en Lleida el lunes es un estudiante (bueno, además) de Medicina, siguió ayer otra más inquietante: Alejandro Ruiz, 21 años, es un ultra que tiene pendiente en Logroño un juicio por una agresión con navaja de tintes xenófobos. Es una información que da un giro al caso. Hasta conocerse, los investigadores creían que las víctimas habían sido elegidas al azar. Pero cuatro de ellas son extranjeras. Como el hombre al que acuchilló en su ciudad natal en el 2012.

El presunto agresor prestó declaración ayer por la tarde en las dependencias de los Mossos de Lleida y está previsto que pase hoy a disposición judicial. Fuentes del caso aseguran que están recopilando todas las pruebas disponibles para cerrar la investigación, entre ellas comprobar si las huellas dactilares del cuchillo pertenecen a Ruiz.

Lejos de lo que la policía creyó en un primer momento, el agresor, que podría ser acusado por cinco delitos de intento de homicidio, por racismo y por xenofobia, no ha resultado ser una persona de nacionalidad extranjera ni tener unos 35 años, como lo describieron algunos testigos y difundió la policía autonómica.

PREMEDITACIÓN / La policía catalana también creyó que no había ninguna relación entre las víctimas. Sin embargo, una vez conocidos los antecedentes racistas de Ruiz, parece que no las habría elegido de forma aleatoria sino que lo habría hecho de forma premeditada. Cuatro de los cinco heridos son de nacionalidad extranjera, y la policía sospecha ahora que el detenido habría confundido al único autóctono con un inmigrante. En concreto, los heridos son una mujer de origen marroquí y cuatro hombres, entre los que hay un sudamericano, un chino, un paquistaní y un español.

La cara oculta de Ruiz es que formaba parte de un grupo de extrema derecha en Logroño, donde tiene pendiente un juicio por una supuesta agresión racista. La Fiscalía de la capital riojana pide para él tres años y seis meses de prisión por un delito de lesiones con uso de navaja por unos hechos sucedidos en diciembre del 2012 cuando supuestamente asestó dos navajazos a un hombre de origen colombiano. La Fiscalía de Lleida ya ha pedido las diligencias a su homóloga de La Rioja.

En el caso de Lleida, la serie de cuchilladas no estuvo provocada por una locura transitoria sino que el joven era consciente de sus actos, según han concluido los médicos forenses que le examinaron poco después de su detención el martes. El informe forense señala que Ruiz está en condiciones para declarar ya que no se le detectó ningún trastorno que le impida hacerlo.

DESAPARECIDO / Los padres del detenido viven en la capital de La Rioja y hace unos días enviaron una carta a la policía local de Lleida denunciando su desaparición, ya que hacía días que no lograban contactar con él. Su hijo solía visitarles los fines de semana.

Con 18 años y con un expediente académico notable, Ruiz se trasladó hace tres años a Lleida para estudiar Medicina, carrera de la que está en cuarto curso. Los primeros años se alojó en una residencia de estudiantes en el campus de Cappont. Este vivía solo en un pequeño apartamento muy cerca de su facultad y de donde tuvieron lugar las dos primeras agresiones. Después de cometer los apuñalamientos, se dirigió al piso y le prendió fuego, obligando a la intervención de los bomberos para extinguir las llamas. Después, abandonó el domicilio y pasó la noche al raso.

Sus vecinos de escalera comentaban ayer que el domingo oyeron mucho ruido en el piso de Ruiz. «Escuché gritos, estanterías que caían, cristales que se rompían, y vi cómo alguien lanzaba todo tipo de objetos por la terraza», asegura Antonio, inquilino de uno de los apartamentos del edificio.

Quien todavía no sale de su asombro es Pau, el vecino que vivía puerta con puerta con Alejandro. «Me crucé con él en un par de ocasiones y me pareció una persona amable, dócil, incluso muy simpática», afirma este joven estudiante de primer curso de Dietética y Nutrición, que lleva apenas dos semanas en la capital del Segrià. «Cuando me enteré del suceso, iba con mucha precaución por la calle. Y me quedé atónito cuando vi la cara de mi vecino en los medios de comunicación», explica.

ALUMNO SOLITARIO / La noticia también impactó a sus compañeros de estudios. En los corrillos de los pasillos de la facultad de Medicina, ayer no se hablaba de otro cosa. «Iba siempre muy solo, apenas se relacionaba con nadie y no participaba en las actividades que organizábamos fuera de clase», señala uno de ellos. Otro alumno añade que el detenido no es amante de la fiesta, y sí un buen estudiante y un asiduo de la biblioteca y del gimnasio.

El arresto del presunto agresor tuvo lugar el martes en la calle de Rovira Roure, justo delante de su domicilio. El joven se entregó a la policía local sin oponer resistencia cuando se le pidió que se identificara. Iba vestido con los mismos pantalones y zapatillas que llevaba el día de las agresiones, aunque se había cambiado la camiseta de rayas. Una cámara de vigilancia, instalada en el interior de una entidad bancaria, logró captar su imagen.