Las repercusiones sociales

Negocio por un 'tube'

Los principales creadores ganan mucho dinero con sus vídeos gracias a la publicidad y los acuerdos comerciales Nuevas agencias los apadrinan y aumentan sus ingresos

Justin Bieber 8 El cantante, que comenzó en Youtube, filmado por sus fans en Barcelona, en el 2013.

Justin Bieber 8 El cantante, que comenzó en Youtube, filmado por sus fans en Barcelona, en el 2013.

CARMEN JANÉ
BARCELONA

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A Pew Die Pie, el alias del sueco Felix Arvid Ulf Kjellberg, el youtuber con más seguidores, el diario The Wall Street Journal le calculaba unos ingresos de tres millones de euros anuales, gracias a sus 16 millones de fans. Pese a la espectacularidad de la cifra, estaría por debajo de lo que se le calcula a Ana Rosa Quintana, la reina de la tele en España, y muchísimo más lejos de lo que se llevaría su homóloga estadounidense, Oprah Winfrey, que en el  2013 ganó 200 millones de euros.

Y es que un youtuber de éxito puede ganar mucho dinero para una persona de la calle, aunque no tanto como las estrellas de la televisión o la música como Justin Bieber (surgido precisamente de Youtube), sobre todo si trabaja para audiencias de Estados Unidos. Pese a ello, muchos ídolos de internet comienzan a vivir en España de lo que producen y algunos hasta muy bien, pero a costa de mucha creatividad y mucho tráfico y de echarle horas porque la publicidad online es muy barata. Para la mayoría del top 100 hispano, los vídeos son su trabajo y muchos han dejado otros empleos o estudios para aprovechar el éxito.

Millones sin confirmar

Según la empresa Social Blade, que mide audiencias en las redes sociales, a Luzu se le calculan unos ingresos de hasta 11.000 euros al mes, por 3,7 millones de espectadores mensuales, y a El Rubius, entre 27.000 euros al mes y un tope de más de 217.000 euros anuales. Pero a Michelle Pham, la reina de la belleza en Youtube, se le suponen hasta tres millones de dólares y a la cómica Jenna Marbles, cuatro.  Nadie confirma sus ingresos.

«No es tanto como se dice porque en España sus cálculos se basan en las cifras que se pagan por la publicidad en EEUU, donde son mucho más altas», afirma Rafael Taboada de Viewin, una de las agencias que representan a estos nuevos talentos. A diferencia del fenómeno de los blogueros, que era el reino de Juan Palomo, en Youtube es clave el papel de las networks, agencias que se encargan de amparar al creador, enseñarle las cosas que no sabe sobre el negocio (que suele ser todo), asesorarle y dotarle de herramientas técnicas que permitan promocionar su canal (SEO, Twitter,Instagram, el manual del youtubercommunity manager…) a cambio de compartir los ingresos por publicidad (que busca la agencia) y participar en los acuerdos con marcas comerciales.

«Somos como los antiguos mánagers de la música, que hacían crecer al artista para que lo hiciera cada vez mejor, y de eso nos beneficiamos todos», asegura Francisco Asensi, exdirectivo de TVE y actual director de Endemol Beyond, la división de vídeo digital de la multinacional Endemol. Muchas productoras, incluida Disney (Maker Studios), tienen ya agencias parecidas.

También el propio Youtube elige a sus creadores estrella y se comporta con ellos como cualquier otra network. Es más, les considera partners, a los que se invita a participar en programas específicos si descubre que despuntan en el tumulto de la plataforma. «Entran en el círculo de servicios exclusivos: algunos educativos, técnicos o de asesoría», explica María Ferreras, directora de Youtube España. «En la plataforma, cuanto más hagas, más podrás hacer», sostiene.

La web de vídeos, insiste Ferreras, elige a sus favoritos de modo automático y sin intervención humana, y al usuario se le muestran los más vistos o más comentados. Por eso es muy importante el sistema de suscripciones, porque es la forma en que el sistema recuerda lo que alguien quiere ver.

Ingresos alternativos

Para un youtuber, los ingresos a pueden provenir de varias fuentes: la publicidad del propio Youtube, que administra Google; la publicidad que añada la network (superpuesta); acuerdos comerciales con empresas para hablar de sus productos o asistir a sus eventos, o, simplemente, utilizar la fama para hacer vídeos para otras empresas, vender productos con marca propia o que le fiche una televisión.

«Las marcas estamos apostando por los youtubers porque tienen una visión del márketing muy particular que comparten con sus fans. Y mejor que no se la cambies, porque lo que ellos proponen suele ser lo que funciona mejor. También suelen rechazar las campañas si piensan que su público no las va a aceptar o que pueden perder usuarios con ella», explica Lidia Pitzalis, jefa de producto de juegos y móviles de Microsoft. Para ella, a diferencia de los blogueros «que escriben porque saben de un tema, los youtubers hacen espectáculo».

Aunque el modelo de canales de pago por ahora resulta lejano, Youtube, cuyos ingresos por publicidad crecen a un ritmo del 33% en un año, también está experimentando con nuevas formas de ingresos para los creadores, como la donación. El caso es no perder a sus buenos trabajadores.