sentencia

El Consejo de Estado francés autoriza una eutanasia

ELIANNE ROS
PARÍS

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Vincent Lambert yace desde hace seis años en una cama de hospital. Su vida se mantiene artificialmente desde que un accidente de tráfico le dejó tetrapléjico en estado vegetativo. El debate sobre si debe ser o no desenchufado ha desgarrado a su familia y generado un intenso debate sobre la eutanasia en Francia. Ayer, el Consejo de Estado, la más alta jurisdicción administrativa, autorizó la suspensión del tratamiento.

La sentencia se apoya en la ley, que acepta la eutanasia pasiva en caso de enfermedad terminal o de «obstinación no razonable» en la conservación de la vida. Pero se basa sobre todo en la voluntad de Lambert, de 38 años y enfermero psiquiátrico de profesión, manifestada a su esposa y uno de sus hermanos, partidarios de desenchufarle. «Antes del accidente había expresado varias veces su deseo de no ser mantenido en vida artificialmente», precisa el fallo. El Consejo ratifica la opinión de los médicos de Lambert, categóricos sobre el carácter «irreversible» de sus lesiones, que obligan a alimentarle e hidratarle de forma inducida.

En cambio, los padres del tetrapléjico, católicos tradicionales, no aceptan la sentencia. Para ellos y una parte de sus hermanos «Vincent no es un vegetal» y sigue «presente», por lo que han recurrido al Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que se espera que hoy se pronuncie sobre la suspensión o no de la sentencia. El debate coincide con el juicio al doctor Nicolas Bonnemaison, acusado de envenenar a siete pacientes terminales, por lo que podría ser condenado a cadena perpetua.