La nueva informática 'artesanal'

Diseñe su propio chip

El proyecto Smart Citizen aspira a crear sensores ambientales con tecnología casera

C. J.
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Imprimir un chip es parecido a revelar una placa fotográfica, pero al revés. Se diseña en el ordenador, se imprime en papel vegetal en una impresora láser y se insola en una cámara de luz dentro de un cuarto oscuro para que se grabe lo impreso en una placa de cobre sobre otro metal; y se separa el resto. En pocos minutos sale la placa, a la que se incorporará el software que hará funcionar un proyecto concreto.

Así lo hace Miguel Ángel de Heras en Hangar, uno de los centros de creación artística de Barcelona, ubicado en el recinto de Can Ricart. Desde el ordenador lo diseña y lo imprime en un cuarto a pocos metros de su silla. «Cuando ya son cientos o miles, entonces los envíamos a China, por un tema de coste, porque producirlos aquí era carísimo. Aunque últimamente los estamos enviando a Canadá», explica. Los venden ellos.

Sus chips son parte del proyecto Smart Citizen, desarrollado por Hangar, el estudio de diseño MID y el Fab Lab Barcelona para crear una red de sensores urbanos que puedan medir distintas variables en toda la ciudad, como la calidad del aire, la contaminación atmosférica, la temperatura, la presión... «La idea es que sean los ciudadanos quienes a través de los sensores y una aplicación para móvil controlen lo que ocurre en su ciudad», explica Álex Posada, uno de los ideólogos del proyecto.

La placa, creada con Arduino, genera su propia red wifi y envía los datos a un servidor central, y de ahí pasan a una web para que cualquier persona los pueda consultar. El proyecto usa dos tipos de sensores, uno más caro y otro más barato, y la idea es conseguir uno lo más asequible posible para los futuros voluntarios. De momento están en 155 euros. La versión profesional, que están vendiendo a otras ciudades asciende hasta 500 euros.

Abejas monitorizadas

Una parte del proyecto, o al menos algo muy relacionado con él, es la idea de crear y controlar colonias de abejas urbanas para utilizarlas como indicativo de la calidad del aire ciudadano. «Si las abejas están sanas y polinizan las flores, todo va bien», explica Posada. Ya hay modelos de colmenas creados en impresoras 3D y placas para controlarlas con sensores.

Ambos proyectos, surgidos como iniciativa ciudadana, han utilizado la plataforma de crowdfunding Goteo para financiarse, y han cubierto objetivos. Lo mismo han hecho los responsables de Bhoreal, el proyecto de realizar con Arduino un controlador musical open source (que se puede copiar y modificar) que permita crear música a partir de juegos de luces LED. La placa se puede usar «para disparar samples en directo, como secuenciador, sintetizador, caja de ritmos, generador de mapas tonales o control remoto. También puede funcionar en modo autónomo como controlador algorítmico y generativo, simulador matemático o interfaz de juego», explican en su web.

El proyecto, nacido en Hangar, ha conseguido en poco menos de un año más de la mitad del dinero que habían pedido y comenzará a fabricarse en breve.

Arduino también se usa para crear los llamados wearables, aparatos electrónicos incrustados en la ropa o los accesorios. Y también hay quien usa la placa, o su pariente más potente, la Rasperry Pi, para crear su propio portátil, incorporándoles un teclado y una pantalla que se pueden comprar en cualquier tienda, y placas de conexión wifi para conectarlas a internet. Un grupo de estudiantes en la UPC han hecho un servidor de 32 megabytes con un Arduino y una tarjeta de memoria.