Las migraciones alientan la llegada de rapaces necrófagas de origen africano

Aunque los buitres suelen ser sedentarios, lo que significa que se mueven alrededor de un núcleo, algunos ejemplares llegan a efectuar grandes migraciones, como se ha confirmado gracias a animales marcados con anillas. De hecho, parte de los buitres avistados en las comarcas litorales obedecen a este proceso: son animales que hacen un alto en el camino y reemprenden el vuelo por la ruta marítima. «Hay ejemplares que atraviesan el Estrecho y llegan hasta Senegal», pone como ejemplo Ricard Gutiérrez. Este proceso migratorio está alentando la colonización de la Península por parte de otras necrófagas africanas, como el buitre de Rupell (Gyps rueppellii). «Quizá ya tenemos 20 o 30 individuos, aunque la mayoría en Cádiz», añade. También se ha visto algún alimoche sombrí (Necrosyrtes monachus).