CONTROVERTIDAS MEDIDAS DE AHORRO

La ministra del copago

Mato pasará a la historia de la sanidad española por haber hecho pagar medicinas a 9 millones de pensionistas

EL PERIÓDICO
MADRID

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Aunque ella habla siempre de «aportación» o «participación» del paciente, Ana Mato pasará a la historia de la sanidad española como la ministra del copago. Junto a otros titulares de Sanidad que hubieron de cargar con sambenitos, como Jesús Sancho Rof, quien fue el ministro del bichito cuando en 1979 trató de explicar con torpeza el mecanismo de infección por la colza. Mato, parca en explicaciones y comparecencias públicas -para no ser preguntada por su relación con el caso Gürtel-, ingresó en esta historia el 1 de julio del 2012, fecha en la que más de nueve millones de pensionistas pasaron a pagar por sus medicamentos -la mayoría hasta un tope de 8 euros al mes- e incrementó en un 10% la aportación de los trabajadores en activo. Eso sí, un grupo específico de parados, como ha presumido en sus comparecencias en el Congreso o el Senado, dejó de pagar por sus medicinas. Casi de forma simultánea, llevó al BOE el famoso medicamentazo, una lista de 417 fármacos que en teoría trataban síntomas menores. Pero en 92 casos no era así, según los médicos.

«Nuevo formato»

La titular de Sanidad se jactó recientemente en respuesta a una pregunta parlamentaria de haber logrado un ahorro en fármacos de más de 2.000 millones de euros con medidas como la prescripción por principio activo, la obligación del farmacéutico de dispensar el medicamento de precio más bajo y el «nuevo formato de aportación del usuario». Otro eufemismo para no hablar del copago, que según sus datos ha supuesto la «colaboración de los ciudadanos» por valor de casi 300 millones de euros más que antes. La aportación ha pasado del 5% al 10% en el pago del gasto farmacéutico, que ronda los 11.000 millones de euros anuales. Sanidad no matiza el impacto específico de la medida entre los pensionistas, pero según Marciano Sánchez Bayle, portavoz de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), «un 17% de ellos aseguran que han dejado de tomar alguna de las medicinas que necesitaban». 

Sin embargo, la efectividad de las medidas de ahorro empieza a ponerse en entredicho. El gasto público en medicamentos lleva tres meses subiendo, tras encadenar 39 de descenso. Para la FADSP, este incremento, como ya avisó, «se debe al desplazamiento de la prescripción hacia medicamentos que continúan siendo financiados y que son mucho más caros».

Sanidad no ha hecho público el ahorro que persigue con el nuevo copago hospitalario para 42 medicamentos, aunque la sociedad que representa a los farmacéuticos (SEFH) asegura que su impacto será de menos del 0,1% en la factura total.

A todo ello, Mato sigue erre que erre. Hace tres días, cuando las pensiones se revalorizaron un 0,25%, también en virtud de la evolución del IPC, un decreto «actualizó» el copago de medicamentos con un aumento del 1,5%, seis veces más. Aunque la subida media es de solo 6 céntimos al mes, los médicos denuncian que se ha hecho «de forma clandestina» y que «una vez más, afecta a las personas con ingresos más bajos».