La gestión educativa

El nuevo sistema educativo tendrá tres reválidas pero no selectividad

ANTONIO M. YAGÜE
MADRID

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Vuelven las reválidas o pruebas al final de cada etapa del sistema educativo. Es una de las novedades que traerá consigo una nueva ley educativa del PP, que echará abajo la actual LOE socialista: la LOMCE (ley orgánica para la mejora de la calidad educativa). El borrador de la futura norma, que ayer presentó el titular de Educación en el Consejo de Ministros, instaurará pruebas de evaluación o filtros, todavía sin bautizar por el departamento de José Ignacio Wert, al final de primaria, secundaria obligatoria (ESO) y bachillerato o FP superior. En cualquier caso, se trata de evaluaciones oficiales que será necesario superar para pasar a la siguiente etapa. Además, no se permitirá pasar de curso con más de dos materias suspensas.

El anteproyecto, que será debatido este otoño con el sector educativo y enviado al Congreso de los Diputados antes de Navidad, también prevé reducir el número de asignaturas y aumentar en un 25% las horas lectivas en las denominadas materias instrumentales --matemáticas, lengua e idiomas--, tanto en ESO como en bachillerato. El ministerio pretende que toda la reforma entre gradualmente en vigor a lo largo de los próximos tres años, empezando el curso 2012-2013 con primaria.

LOS FILTROS / En la prueba de final primaria, según ha explicado Wert, se exigirá a los alumnos conocimientos y destrezas básicas imprescindibles como saber leer y escribir, y tener conocimientos básicos de Matemáticas y lengua extranjera. No superar esta prueba significará que el alumno deberá cursar de nuevo 6º curso (último) de primaria si no hubiera repetido durante esta etapa. Si ya hubiera repetido, pasaría a ESO con un informe sobre las necesidades de mejora y refuerzos y apoyos que necesita.

La siguiente etapa, la ESO, mantendrá sus cuatro cursos. Los alumnos que la superen obtendrán el correspondiente título, pero deberán aprobar la siguiente «reválida» para poder cursar los estudios posobligatorios de bachillerato o de FP.

La tercera evaluación, con la que el Ejecutivo quiere asegurarse de que el sistema tendrá más calidad, se realizará tras haber superado los dos cursos de esta educación superior. Será imprescindible para obtener el título y optar a estudios universitarios. Para calcular la nota la calificación de los cursos de bachillerato tendrá un valor del 60% y la de la prueba del 40 %, pero será necesario al menos aprobarla con un 5.

La nueva arquitectura del sistema educativo deja en manos de las universidades -lo que exigirá una reforma de la LOU- la convocatoria de los exámenes que estimen oportunos centrados en las carreras que imparten. En cualquier caso, desaparecerá la actual prueba de acceso a la universidad (PAU) o selectividad. Wert justifica su retirada por considerar que es poco efectiva y que el nuevo modelo se parece más a los implantados en Europa.

MENOS CIUDADANÍA / La nueva ley también eliminará la asignatura de Educación para la Ciudadanía en primaria y solo se impartirá, retocada y a gusto de la Iglesia católica, en un curso de la ESO con la nueva denominación de Educación Cívica y Constitucional. La materia que actualmente se imparte en 1º de bachillerato comoFilosofía y Ciudadanía pasará ser soloFilosofía. Mientras, el Gobierno se propone modificar ya los temarios de la materia que se estudiarán el próximo curso. Catalunya, Andalucía y el País Vasco han anunciado el desarrollo de sus propios decretos autonómicos, que pueden ampliar el contenido básico de la materia en un 35%. En este caso, según los editores, no habría tiempo material para que los libros de texto llegaran a las aulas en septiembre.

ITINERARIOS EN 3º DE ESO / Sin embargo, la palanca o piedra angular de la reforma, según el proyecto del ministerio, es el adelanto a 3º de la ESO de la elección de «itinerarios» mediante materias optativas y «convertir» el 4º y último en un curso de «iniciación» con dos trayectorias «bien diferenciadas»: hacia bachillerato y hacia FP. Actualmente, 3º de la ESO llega a tener hasta 13 asignaturas el bachillerato, hasta 12. Educación estudia la posibilidad de que, en los dos niveles educativos, los alumnos no lleguen a tener más de seis o siete materias.

La reforma de la FP tratará de combinar la formación con las prácticas remuneradas en las empresas. Pretende que el porcentaje de alumnos que estudian FP (32%) aumente hasta equilibrarse con el de los de bachillerato (68%) y, sobre todo, facilitar la inserción laboral de los jóvenes.