La capital de México se fija en Catalunya y debate vetar los toros

A la zaga de Catalunya. La capital de México trata de prohibir las corridas. Aprobada hace un mes por una comisión legislativa, la iniciativa se encuentra sobre la mesa del parlamento local, que intenta soslayar el asunto en plena campaña electoral hacia los comicios generales de julio. Pero un grupo de diputados está decidido a que el asunto se debata y vote en sesión plenaria antes de que, en septiembre, acabe la actual legislatura. Porque, dicen, «la ciudad ha avanzado hacia la prohibición».

Centenares de defensores de los animales se manifiestan estos días por el centro de la capital, hasta la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), ante la que exigen que se discuta y apruebe esa propuesta de modificación de la ley de espectáculos. Para que en su artículo 42 se lea: «En el Distrito Federal se prohíbe la presentación de espectáculos taurinos». Enfrente, toreros, ganaderos y aficionados muestran su rechazo a la iniciativa. Gritan: «Toros sí, que siga la fiesta brava».

Ambos bandos se lanzan botellas de plástico por encima de la policía que los separa, igual que dentro del recinto legislativo los diputados se pasan la patata caliente de la iniciativa. Un proyecto de reforma que presentó el diputado Norberto Solís, del Partido Verde Ecologista (PVEM) -que por otra parte pide reinstaurar la pena de muerte--, para acabar con un «espectáculo anacrónico».

En su día, la comisión legislativa añadió al dictamen: «Barcelona, una de las metrópolis de la tauromaquia, ya se ha proclamado ciudad anticorridas, al aprobarse allí la ley que veta las corridas en Catalunya».

¿Fue Catalunya un ejemplo? «No tanto así -dice el diputado José Luis Muñoz, del Partido de la Revolución Democrática (PRD)-. Nosotros metimos la iniciativa a fines del 2009, antes de que el parlamento catalán tomara su decisión».

En conversación con EL PERIÓDICO, el diputado Muñoz resalta: «Las encuestas coinciden en que más del 70% de la población de México D. F. cree que las corridas deben de prohibirse. El porcentaje de quienes creen que tienen que mantenerse es mínimo, entre un 12% y un 15%. El resto son indecisos, y son cada vez menos porque la ciudad ha avanzado globalmente hacia la prohibición».

NO PRIORITARIO / Acaba con abril el periodo ordinario de sesiones del parlamento de la capital y los promotores no consiguen que el plenario aborde la iniciativa abolicionista. «Ese tema no es prioritario», arguye Alejandra Barrales, líder del grupo parlamentario del mismo PRD. Barrales señala que el asunto «no cuenta con consenso para ser discutido». Queda pues «en espera».

Ya que restarán varios temas pendientes de discusión, los diputados abolicionistas dicen que quedan «a la espera de que se programen periodos extraordinarios de sesiones» en estos cuatro meses. Y que en una de ellas el pleno discuta por fin la prohibición de los toros y, como dice Muñoz, «vote en congruencia con el sentir de los habitantes de la capital».

Enfrente, el empresario Rafael Herrerías advierte: «México no es Barcelona ni Catalunya es España. Me extraña lo que quieren hacer en la Asamblea. Mi vida, antes de que se cierre la plaza».