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Un horizonte por construir

Tren de mercancías Barcelona-Lyón, el martes.

Tren de mercancías Barcelona-Lyón, el martes.

ANTONI UBACH

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La apuesta por el corredor mediterráneo que ayer asumió la Comisión Europea responde a una estrategia de largo alcance para mejorar la competitividad del mercado único europeo en el marco de la economía global. Una estrategia que desde el Estudi Llotja d'Infraestructures i Territori de la Cambra de Comerç de Barcelona compartimos y apoyamos, dado que refuerza nuestro compromiso con el impulso a la competitividad de las empresas, que es el factor clave para el desarrollo económico y social del país.

Porque, con las infraestructuras adecuadas, el corredor mediterráneo estará en disposición de valorar todo su potencial como motor productivo y económico del sur de Europa. Y eso debe quedar claro: no se trata simplemente de potenciar la logística, sino que es una apuesta firme y decidida en favor de la economía productiva. Y es que nuestra principal ventaja competitiva es la vocación productiva de nuestro tejido empresarial, de gran tradición industrial.

Por tanto, la mejora de los enlaces terrestres entre el sur y el norte de Europa es uno de los grandes retos para la mejora de la competitividad de la economía europea. Y, evidentemente, en nuestro territorio el principal de estos enlaces pendientes es el corredor mediterráneo.

Así pues, la inclusión del corredor mediterráneo en la Red Central Transeuropea de Transporte ha sido un primer reto alcanzado. La trascendencia de este hecho radica en que formar parte o no determinará el carácter prioritario de las actuaciones asociadas y condicionará decisivamente sus posibilidades de financiación más allá del marco presupuestario público.

En definitiva, es imprescindible explicar bien que el corredor mediterráneo responde a una lógica transeuropea y de rentabilidad socioeconómica. No es un corredor andaluz, murciano, valenciano o catalán. Ni siquiera es un corredor español. Es parte de un eje estratégico que une el núcleo económico de Europa con el norte de África.

Carrera de fondo

De todas formas, hay que ser consciente de que todavía queda mucho trabajo por hacer. El impulso al corredor mediterráneo seguirá siendo una carrera de fondo, en la que es preciso que se impliquen el Gobierno español y la Comisión Europea. Sin reservas a pesar de todas las dificultades económicas que acechan el momento presente.

Por esta razón, desde la Cambra de Comerç de Barcelona seguiremos trabajando para despertar la complicidad del conjunto de la sociedad y de los territorios y para suscitar el consenso de las diferentes administraciones implicadas. Y lo seguiremos haciendo hasta que el corredor mediterráneo sea una realidad. Sin desfallecer, como hemos hecho siempre las cosas. Y con la confianza en el futuro que da, como bien sabemos en las ciudades que miramos al mar, el hecho de que solo hay que levantar la vista para encontrar frente a nosotros todo un horizonte por construir.