Respeto por la democracia

Al parecer, era en nombre de la democracia que los autodenominados indignados (ahora la indignación ya es de ida y de vuelta) convocaron una acción bajo el lemaAturem el Parlament.Leído así hace daño a los ojos, mucho daño. El Parlament es el depositario de la soberanía popular y quien elabora las leyes que deben servir para gobernar este país. Y el Parlament, en el caso de una nación sin Estado como Catalunya, es el depositario también de una tradición histórica que va mucho más allá del marco jurídico actualmente vigente. Nuestro Parlament enlaza con las instituciones republicanas y es el símbolo y la expresión de nuestro autogobierno. El Parlament da sentido político a dos palabras: libertad y Catalunya. Así de simple, y así de trascendente a la vez. Querer pararlo, por lo tanto, tiene un significado grave, que va más allá del intento de evitar que una ley, como es el caso de los presupuestos, se pueda aprobar.

No estoy de acuerdo con los recortes ni tampoco con los presupuestos del Govern. Pero solamente desde la política es posible cambiarlos. No estoy de acuerdo en cómo funcionan las cosas en la política hoy. Hemos cometido, todos, demasiados errores. Pero solo desde el respeto, desde el diálogo y desde la colaboración mutua es posible superar esta etapa.

El Parlament de Catalunya es la cámara legislativa de mi nación, y en la medida en que ha sido elegido legítimamente, en democracia, lo defenderé hasta el final. Aunque no me guste lo que está haciendo. La democracia es precisamente esto. El miércoles, día triste, se perdió el respecto a la democracia. Y recuperarlo no será fácil. Que la acción desgraciada de unos pocos intolerantes no nos haga perder el tren de los cambios que nuestra sociedad reclama con urgencia.