PERSPECTIVAS DE LA ASTRONÁUTICA

Los viajes espaciales cumplen 50 años con el futuro amenazado

Un astronauta hace labores de mantenimiento en el exterior de la Estación Espacial Internacional.

Un astronauta hace labores de mantenimiento en el exterior de la Estación Espacial Internacional. / dec/alj

MICHELE CATANZARO / Barcelona

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Medio siglo después del primer vuelo humano en el espacio--el del cosmonautaYuri Gagarin, el 12 de abril de 1961, del que este martes se cumplen 50 años--, los viajes espaciales tripulados se encuentran en una encrucijada. Elúltimo lanzamiento de un transbordador Space Shuttle --la nave estrella para llevar humanos al espacio de la Agencia Espacial Nacional estadounidense (NASA)-- se realizará durante el 2011. Volver a la Luna o ir a Marte no está en las prioridades de ninguna agencia. Tampoco está clara la sucesión de laEstación Espacial Internacional (ISS), cuando esta se jubile en el 2020.

"Se acerca una crisis para el vuelo espacial tripulado --afirma Stuart Clark, miembro de la británica Royal Astronomical Society, autor de libros de astronomía y editor sénior de laAgencia Espacial Europea (ESA)--. Dentro de 10 años, puede ser que no haya nada que hacer y ningún lugar adonde ir en el espacio".

Roger Launius, historiador jefe de la NASA, no comparte ese pesimismo. "El apoyo del público alvuelo espacial tripulado es constante y el número de astronautas no ha hecho más que crecer en los últimos años", observa. "Estos números dan una falsa impresión --le rebate Clark--. Habrá un bajón notable tras la jubilación de los Shuttle y de la ISS".

El factor principal en los cambios es el económico. "Cada viaje de un Shuttle cuesta 1.000 millones de dólares (unos 700 millones de euros): es fantásticamente caro", observa Clark. "La mayor parte del coste se debe a la reducción del riesgo para los tripulantes", explica Launius. Por otro lado, los valores que justificaron el esfuerzo de los primeros viajes --como el orgullo nacional o la supremacía durante la guerra fría-- también han ido cambiando.

Sin embargo, las motivaciones no faltan. "Hay cosas que no se pueden hacer enviando robots: se necesitan humanos para solucionar problemas inesperados", apunta Clark. El escritor observa que algunas operaciones hechas por astronautas han sido vitales para la ciencia. Los espejos dejados en la Luna han servido para comprobar la teoría de la relatividad y la reparación del telescopio Hubble ha permitido profundizar en el origen del universo.

Cambiar para sobrevivir

 "El vuelo espacial tripulado tiene que cambiar para sobrevivir", afirma Clark. Según el escritor, "más que explorar el espacio, hay que trabajar en el espacio". Un ejemplo: emplear astronautas para reparar satélites y así evitar que se conviertan en chatarra espacial. "No habrá ninguna propuesta seria de enviar humanos a planetas o asteroides durante mucho tiempo", aclara Launius.

"Pero este sueño volverá: la exploración está en nuestro ADN", observa Álvaro Giménez Cañete, físico español que se estrenará en mayo como director de Ciencia y Exploración Robótica de la ESA. "Mientras falten recursos para el vuelo tripulado, hay que ir desarrollando tecnología para cuando los vuelva a haber», añade. Una opción más viable es ir a órbitas más altas que las actualmente accesibles, para instalar telescopios u observatorios terrestres. «La astronáutica no está en una crisis, sino en una encrucijada", insiste Launius.

Mientras tanto, cuando los Shuttle se jubilen, elcohete ruso Soyuz quedará durante un tiempo como el único sistema para subir humanos al espacio. En un futuro, Europa podría desarrollar por primera vez su propia tecnología, combinando el cohete Ariane con un módulo presurizado. La NASA se inclina por comprar los servicios de la empresa Space X, creadora del cohete Falcon.

"El salto adelante será cuando se pase de los motores con propulsor líquido a los nucleares, o al ascensor espacial", vaticina Launius. "Si la cifra del coste para ir en órbita tuviera tan solo un cero menos, se abriría una nueva etapa para la astronáutica", concluye.