La cohabitación
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EXPEDICIÓN MALASPINA / 14 de febrero del 2011
LUIS MAURI / A bordo del 'Hespérides'
Científicos y militares han caminado siempre más unidos de lo que a simple vista pudiera parecer. Incluso más de lo que algunos de ellos estarían dispuestos a admitir. Los desarrollos científicos vinculados a proyectos militares son infinidad. Es una obviedad: sin investigación no habría tecnología de guerra.
En un orden distinto, elHespérideses un paradigma de cooperación entre ciencia y milicia. La gestión del buque es mixta. La nave pertenece a la Armada española, que se encarga de dotarlo con una tripulación de 55 militares y de mantenerlo. Y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) decide y planifica las campañas de investigación a bordo, las cuales son financiadas fundamentalmente por el Plan Nacional de I+D+i.
Este tipo de cooperación no es original ni exclusivo. Otros países tienen buques de investigación oceanográfica mixtos. Y el CSIC tiene asimismo otras naves en las que la Armada no juega ningún papel. Como el Sarmiento de Gamboa, botado en el 2006, algo más pequeño pero mucho más moderno que el Hespérides (botado en 1990) y tripulado por 16 marinos civiles.
El modelo mixto tiene sus ventajas y sus inconvenientes, pero el balance es netamente positivo, según reconocen ambas partes. Para Defensa, elHespérideses un estandarte principal de la política de integración de las Fuerzas Armadas en la sociedad. Al CSIC, la condición militar del buque le supone un ahorro económico y una seguridad contractual excepcionales: la dotación, pese a ser más numerosa, resulta más barata que la civil, y además no hay riesgo de que una huelga eche a perder una campaña de investigación.
Recelo mutuo
A bordo, la relación entre científicos y militares es razonablemente correcta, aunque no exenta de algún recelo mutuo. Aunque cada colectivo tiene misiones y funciones muy precisas, las culturas de trabajo, de organización y de jerarquía son muy distintas. No son pocos los militares que creen que los investigadores son unos pijos que les miran por encima del hombro, ni escasean los investigadores que se lamentan de la rigidez y aspereza de ciertas normas a bordo (horarios, racionamiento de productos como cerveza, vino y snacks¿)
Eso no impide el nacimiento de amistades mixtas al calor de la colaboración diaria. O de celebraciones como la de hoy, la primera comida en cubierta de la etapa Ciudad del Cabo-Perth de la Expedición Malaspina. Mesas tendidas en el hangar de la cubierta de vuelo, bien surtidas de croquetas, tortilla, salchichas, ensaladilla, empanada y gazpacho, cerveza y sangría. Música y futbolín. Militares y científicos. Corrillos, charla amigable, chistes. Sol brillante y mar calmada. ElHespéridesen medio del desierto oceánico.
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