MEDIOAMBIENTE

La cumbre del clima se encamina a un acuerdo, pero descafeinado

ANTONIO MADRIDEJOS
CANCÚN ENVIADO ESPECIAL

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La cumbre del clima de Cancún se encaminaba ayer a un acuerdo de mínimos muy mínimos que intenta salvaguardar el espíritu del protocolo de Kioto y deja todos los detalles concretos para próximas citas en los años 2011 y 2012. Los países industrializados, las potencias emergentes y EEUU, que son los que cortan todo el bacalao, aceptarán seguir en el proceso emprendido en 1997 gracias a unos ligeros ajustes legales y un esfuerzo suplementario compartido, es decir, aumentar las propuestas presentadas en la cumbre anterior de Copenhague. La transferencia de tecnología será fundamental.

Según subraya el borrador del acuerdo final, EEUU (se le cita simplemente como «países que no han aprobado el protocolo de Kioto») aceptará un esfuerzo reductor de sus emisiones de CO2 «similar» al de los países industrializados, entre ellos la UE y Japón, aunque siempre quedando al margen del tratado amparado por la ONU. La independencia nacional es clave. En cuanto a China y los otros emergentes (Brasil, Suráfrica, India, México e Indonesia), aceptan seguir avanzando en la eficiencia de sus sistemas energéticos gracias a ayudas para el desarrollo de industrias más limpias.

«Lo que hagan estos países supone más del 90% de las emisiones mundiales», resume el economista Josep Garriga, especialista en cambio climático y veterano de las cumbres de la ONU. El problema es que las propuestas presentadas por los actores principales no evitarían que la temperatura aumente dos grados con respecto a los niveles preindustriales, lo que se considera el umbral de la catástrofe. Los expertos calculan que las emisiones de CO2 en el 2020 nunca deberían superar las 44 gigatoneladas, pero las propuestas se quedan en 49, una brecha equivalente a las emisiones mundiales del transporte. La ministra española Rosa Aguilar reiteró ayer que está a favor de aumentar el compromiso anunciado por la UE: «Todos debemos hacer un esfuerzo suplementario».

POCO A POCO, PERO SEGURO / Más vale avanzar poco a poco de manera segura, como sucede en Cancún, que aspirar a mucho y darse de bruces contra el suelo, que es lo que pasó en Copenhague. «Pero no podemos ir con lentitud porque el tiempo apremia», insistió el presidente mexicano, Felipe Calderón.

Entre otros aspectos, en Cancún ya se ha perfilado quién recibirá la ayuda financiera de urgencia acordada en Copenhague. Los países industrializados más EEUU donarán de forma proporcional a sus emisiones 30.000 millones de dólares (23.000 millones de euros) en los próximos tres años «a los 49 países más pobres, a 44 estados insulares y a África», sin precisar más. Lógicamente habrá países que ni reciban ni den. La UE aprobó recientemente que su primera donación sería de 1,8 millones de euros en el 2012. Los ricos no podrán computar dinero que hoy donan dentro de programas de ayuda al desarrollo.

A más largo plazo, los mismos beneficiarios deberían recibir conjuntamente 76.000 millones de euros, pero semejante cantidad ya no será una donación pública, sino que previsiblemente saldrá de las empresas. La ONU propone algún impuesto en las transacciones internacionales o en el transporte aéreo y marítimo, pero los detalles y quién gestionará el dinero no se tratarán en Cancún, sino probablemente el año que viene en Durban (Suráfrica). «Y no descartaría que fuera incluso en el 2012», concluye Garriga.