LOS AFICIONADOS A LOS TOROS

«Ellos fueron mejores»

David Fandila, 'El Fandi', con su segundo toro, el domingo pasado.

David Fandila, 'El Fandi', con su segundo toro, el domingo pasado.

M. J. IBÁÑEZ / Ó. TORAL
BARCELONA

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Aunque tenga que echar el cierre, seguirá siendo una construcción magnífica. Majestuosa, con su ladrillo visto, sus azulejos blancos y azules y sus cúpulas resplandecientes, la ya única plaza de toros abierta en Catalunya, la Monumental de Barcelona, exhibe estos días un cartel teñido de nostalgia que anuncia –también ostentosamente– las corridas de la temporada. Nombres ilustres como El Cordobés, Rivera Ordóñez...

Y al pie de la plaza, un reguero de establecimientos, bares y hoteles, punto de encuentro de devotos taurinos, testigos de tardes mejores. En la fresca penumbra de cualquiera de estos locales, plantear cómo afronta la parroquia la posible prohibición de las corridas parece casi un sacrilegio.

Alberto Faricle, fotógrafo de la fiesta desde hace 15 años, no entiende cómo se ha llegado tan lejos.«Tendremos que ir a ver toros a Montpellier o a Nimes», comenta con resignación. Navarro de nacimiento, Faricle lamenta«el cariz político»que han tomado las cosas, insiste en que la lidia«ha creado arte y cultura»y recuerda que«nadie está obligado, si no quiere, a ir a ver una corrida. Por eso se celebran en recintos cerrados».

Dejarla morir, no matarla

«El aficionado está decepcionado, sobre todo con la plataforma taurina, que no ha sabido defender sus intereses», prosigue el fotógrafo junto a la barra del bar La Gran Peña. A su lado, un ciudadano oriental alimenta cada 40 segundos la tragaperras con una nueva moneda. En las mesas, unos chavales

–malagueños, dicen que son– charlan sobre playas y chiringuitos y un par de rubias claramente extranjeras –a estas no hace falta preguntarles de dónde son– beben acaloradas una coca-cola.«Que dejen que la fiesta muera tranquila, pero que no la maten», implora Faricle.

Juan Fortuny viajó desde el sur de Francia para asistir a la corrida de este domingo. No es el mejor cartel de la temporada, pero hay que estar allí. Para apoyar. «Lo triste es que el sector taurino no ha sabido ni organizarse ni trabajar de forma conjunta», afirma. Y explica que en su país, los conatos abolicionistas habidos hasta ahora han sido siempre frustrados.«Es que los de la ILP han trabajado mejor, se han movido bien, mientras que los taurinos son gente más acomodada», agrega David Dorado, del portal sobre toros Vadebraus.com.

El sentimiento entre los defensores de la fiesta es de«resignación y cierta sensación de engaño», afirma Lluís Alcántara, director de la Escuela de Tauromaquia de Catalunya. Para él, que no se pierde una corrida, los protaurinos han pecado de ingenuos y los políticos han actuado con«mala uva».

«Se nos dijo que tuviéramos paciencia, que confiáramos en que el PSC iba a votar en contra, pero, al final, la coincidencia con la sentencia del Estatut ha hecho que les dieran libertad de voto»,lamenta.

La plataforma se defiende:«Nuestra táctica ha consistido en mantener conversaciones personales con los diputados», dice Luis Corrales, portavoz de la entidad.«Nuestra labor ha sido callada y precisa, porque el nuestro no es un colectivo de caceroladas y pancartas», admite.