Análisis

Todos los años son una caja cerrada

Ramon Sala

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Mañana, coincidiendo con la presentación de los diversos componentes de los equipos de prevención y extinción de incendios forestales, las Agrupaciones de Defensa Forestal de Catalunya (ADF) realizamos nuestro 21º encuentro nacional.

Este año, recién finalizado nuestro primer congreso y ante la problemática ocasionada por las nevadas, vientos y lluvias de éste año llevamos ya varios meses de trabajo continuado de campo, intentando minimizar los efectos de la madera caída en nuestros bosques, con el fin de evitar el mayor número de incendios forestales posibles y, en todo caso, que los que se produzcan puedan ser extinguidos con la máxima facilidad y rapidez posibles.

Nuestra principal labor es la prevención, y en este campo disponemos de un prototipo que nos permitirá luchar más eficazmente contra situaciones como las del año pasado en campos de cereales, aplicandoretadantea base de polifosfito amónico (abono agrícola) mejorado para ser aplicado a distancia mediante un vehículo, camión o tractor, con el objeto de frenar la velocidad de las llamas y, en ese momento, proceder a la extinción del incendio aprovechando su baja intensidad.

Este mismo sistema puede ser utilizado también para crear zonas de protección alrededor de masías o casas aisladas en medio del campo, permitiendo una mejor protección de los elementos de interés o usarse en quemas de alta montaña para asegurar los perímetros de las quemas prescritas.

Las ADF seguimos en la línea de potenciación de la formación de nuestros agentes, voluntarios en su totalidad, los cuales, conscientes de nuestros recursos, trabajan en la vigilancia, control de zonas de riesgo y eliminación de combustible, dentro de nuestras posibilidades.

Este año, como todos, es una caja cerrada, cuyo resultado dependerá de diversos factores, algunos de ellos de difícil solución, como la situación actual de los bosques del país, y otros climatológicos que día a día iremos viendo cómo evolucionan, siendo nuestra principal defensa la vigilancia constante por parte de nuestra gente y la situación de alerta constante, sean cuales sean las previsiones establecidas. La posibilidad de proceder a la extinción de un pequeño conato de incendio representa sin duda la eliminación de un posible gran incendio forestal.

Este es un trabajo de todos, cada cual dentro de sus posibilidades y con los recursos que están a su alcance, pero también es un problema de país, dado que antes o después la acumulación de árboles caídos, secos y rotos, la vegetación existente y el incremento lento pero constante de la masa forestal son un posible polvorín a punto de quemar y destruir el entorno al que estamos acostumbrados, sin ser conscientes de lo que puede representar esta pérdida y lo lenta que es la recuperación de nuestros montes una vez quemados, por no mencionar las pérdidas de otro tipo que pueden llegar a representar.