El Gobierno brasileño fija en una ley la receta de la popular caipiriña

Un vaso de caipiriña.

Un vaso de caipiriña.

EFE
RÍO DE JANEIRO

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Gobierno brasileño ha fijado en una ley la receta de la popular caipirinha (caipiriña, en castellano), el cóctel alcohólico más extendido a escala nacional, que tendrán que seguir de forma obligatoria todos los bármanes del país a partir de hoy.

"La caipiriña es la bebida típica de Brasil, con graduación alcohólica de quince a 36 por ciento en volumen, a veinte grados celsius, elaborada con cachaça, lima y azúcar, pudiendo añadirse agua para adecuar la gradación alcohólica", define el texto publicado el viernes en el Diario Oficial de la Unión.

Este reglamento normativo, de aplicación inmediata en todo el territorio brasileño, pretende establecer los "patrones de identidad y calidad" a los que deberá obedecer tanto la caipiriña comercializada en Brasil, como la fabricada para su exportación.

Flexibilidad con el azúcar

En cuanto a ingredientes, la ley es parcialmente flexible con el azúcar, que permita que se presente en cristal o refinado, y tolera su sustitución total o parcial por glucosa, pero nunca por edulcorantes sintéticos o naturales.

En relación a la cachaça, aguardiente extraído de la caña de azúcar, tan solo establece que debe respetar sus características y patrones de calidad e identidad.

La lima se puede añadir en su forma deshidratada. El zumo de lima debe estar presente en el combinado en la proporción mínima de uno por ciento, con por lo menos el cinco por ciento de acidez.

El agua es considerado un ingrediente opcional y su uso queda restringido "exclusivamente" para adecuar la graduación alcohólica al margen permitido de entre 15 y 36 grados.

El texto no precisa si se puede utilizar hielo, como suelen hacer todos los brasileños, para enfriar la mezcla.

Prohibidos los colorantes

También queda prohibido el uso de cualquier ingrediente que pudiera alterar las "características sensoriales naturales" del producto final, como sería el caso de los colorantes.

La norma también veta la presentación de la bebida en recipientes de uso farmacéutico, como cuentagotas, ampollas, jeringuillas o vaporizadores.

Además de la popular caipiriña, este reglamento promovido por el Ministerio de Agricultura fijó las reglas para la elaboración de otros licores, cócteles, batidas y aguardientes compuestos.