CONSECUENCIAS DE UN SUCESO SIN PRECEDENTES

El 'caso Hvala' une a los araneses contra el oso y contra Medi Ambient

JUAN RUIZ SIERRA
LES

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Elcaso Hvala, llamado así por el apodo de la primera osa que pegó un zarpazo y un mordisco a un humano en el Vall d'Aran, dejó al cazador Lluís Turno, vecino del municipio de Les, con 13 puntos de sutura entre la pierna izquierda y el brazo derecho, pero también está provocando, por vez primera, que prácticamente todo este territorio pirenaico se levante para reclamar que todos los plantígrados sean expulsados. No solo la osa Hvala, que ayer seguía sin ser capturada por los técnicos del Conselh Generau d'Aran y la Generalitat que desde hace un par de días intentan apresarla, sino todos.

El Ayuntamiento de Les votará mañana un texto --que de acuerdo con el alcalde, Emili Medán, será aprobado por unanimidad-- en el que pedirá que estos animales, reintroducidos en el Pirineo a través de un programa de la UE, se despidan para siempre del valle. Un escrito similar prepara para el martes el Conselh Generau d'Aran. Y enfrente, por el momento, está la Generalitat.

Elconsellerde Medi Ambient i Habitatge, Francesc Baltasar, sostuvo ayer que elcaso Hvalaera un "incidente aislado", por lo que sería "un error muy grande" frenar el programa de reintroducción de osos. Baltasar admitió la necesidad de "afinar medidas" para garantizar la seguridad en la zona, pero añadió: "El oso es una especie en peligro de extinción". Plantearse su segunda erradicación en el Pirineo --tras la primera de hace unas décadas-- porque ha atacado a un cazador, vino a decir elconseller, no tendría sentido.

Quien sí se solidarizó con las administraciones aranesas fue el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias. Tras un acto en Boí con José Montilla, Iglesias mostró "todo su apoyo" al Síndic d'Aran, Francesc Boya, y afirmó que "son más importantes las personas que los animales".

20 OVEJAS EN EL 2007

El oso pardo autóctono formó parte del paisaje del Pirineo de Lleida hasta la década de los 80 y, según la Conselleria de Medi Ambient, hay informaciones de que en el valle fue posible ver ejemplares vivos hasta 1992. Pasaron cuatro años sin plantígrados en estas montañas hasta que comenzaron a reintroducirse estos animales, importados desde Eslovenia. Desde entonces, su presencia ha generado controversia por los destrozos que causan en los rebaños, pero el levantamientoantiosonunca había llegado al punto en el que se encuentra ahora. Al fin y al cabo, solo atacaban a otros animales y, de acuerdo con los datos de Medi Ambient, de manera escasamente relevante, tanto más cuando hay pocos araneses que vivan de la ganadería. En el 2007, según un informe de laconselleria, los osos protagonizaron 16 ataques que causaron la muerte de 20 ovejas y la destrucción de dos colmenas. También se zamparon los cadáveres de un ternero y un caballo.

Ahora se trata de ataques a humanos. Este extremo es el que ha motivado que Boya, de Unitat d'Aran-PSC y tradicionalmente a favor de la presencia de los plantígrados en su territorio --"forma parte de la cultura aranesa", decía hace unos años--, haya dado el salto y hable de que el programa de reintroducción de los osos "es un experimento que se ha realizado sin tener en cuenta las posibles consecuencias", de que el valle, por su densidad poblacional y elevada actividad económica, no está ahora preparado para ellos, de que "se está intentando volver 100 años atrás cuando el Pirineo no tiene nada que ver con el de hace 100 años". Elcaso Hlava, para él, "lo cambia absolutamente todo".

CRÍTICAS AL SÍNDIC

Muchos en el Vall d'Aran pronuncian el habitual "ya lo decía yo" cuando escuchan estos días a Boya. Otros, como su antecesor, Carles Barrera, de Convergència Democràtica Aranesa, quien ocupó el cargo entre los años 1995 y el 2007, van un poco más allá. "Boya intenta ahora maquillar su incoherencia", afirmó ayer Barrera, alineado con los cazadores y siempre crítico con la presencia de los osos.

Después recurrió a un gráfico símil: "La osa Hvala ha puesto a Boya la camiseta como si fuera untop".

Mientras tanto, en Les, el pueblo de la víctima humana de Hvala y donde los cazadores llevan planteándose desde el jueves pasado organizar su propia batida popular para acabar con la osa en lugar de capturarla y trasladarla a un centro especializado, los ánimos seguían crispados, si bien algo menos que en días anteriores. Su alcalde, Emili Medán, dijo que le sorprendería que los amantes de la cinegética decidieran tomarse la justicia por su mano. "Estamos viendo que las autoridades están moviéndose, que tienen interés en encontrar al animal, así que creo que el pueblo esperará a ver qué ocurre", explicó. Unas 15 personas participaron ayer en el dispositivo para capturar a Hvala, mientras que el sábado pasado fueron más de 30. El plantígrado, por el momento, continúa en libertad.

POCO VISIBLES

No resulta fácil encontrar en Les a alguien que se haya encontrado con un oso esloveno. Sus habitantes aseguran que los nuevos animales están mucho más acostumbrados a la presencia humana que los antiguos, los au-

tóctonos, y que, por tanto, se dejan ver mucho más, pero lo cierto es que quienes los han visto con sus propios ojos pueden contarse con los dedos de dos manos. Los osos, desde 1996 hasta ahora, han sido una presencia fantasmal para los vecinos del pueblo. De vez en cuando aparecía una oveja muerta o al-

gún cazador se topaba con la huella de un plantígrado, pero la cosa no pasaba de ahí.

¿Qué ocurrirá con Hvala? En principio, si es capturada, será trasladada a un centro especializado para que sea examinada, pues se especula que quizá su ataque al cazador se debió a que estaba herida, pero hay muchos que abogan por una solución más drástica. Barrera, el antiguo Síndic, ofrece dos posibilidades: "Ha atacado a una persona, así que habría que eliminarla o capturarla y soltarla de nuevo en los Campos Elíseos, pues Francia es la responsable".

Está previsto que hoy se celebre una reunión a tres bandas entre la Generalitat, el Síndic d'Aran y responsables del Ministerio de Medio Ambiente, que también se encuentra involucrado en el programa de reintroducción del plantígrado en el Pirineo, para decidir qué medidas tomar ante el primer ataque de un oso a un ser humano.