RECLAMACIÓN DE TRES MILLONES DE EUROS

Un error médico separa a unas hermanas gemelas en Gran Canaria y se conocen por casualidad 28 años después

EUROPA PRESS
LAS PALMAS

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Un error médico en la sala de incubadoras del antiguo hospital Nuestra Señora del Pino en Las Palmas de Gran Canaria en marzo de 1973 separó a unas hermanas gemelas, que se han conocido por casualidad 28 años después, cuando una amiga de una de ellas se tropezó con la otra hermana en un centro comercial y la confundió porque son "dos gotas de agua".

Las protagonistas de esta historia, que prefieren guardar su anonimato, "caminan igual, se expresan igual, poseen la misma mirada y el mismo timbre de voz" y hasta que se conocieron "habían vivido una realidad que no se correspondía con su identidad", según ha explicado el abogado Sebastián Socorro, representante legal de una de las gemelas, a quien "en un solo día se le desmoronó todo su mundo" al descubrir que tenía una hermana gemela.

Todo ocurrió cuando esta segunda hermana acudió en el año 2001 a un establecimiento en un centro comercial donde trabajaba una amiga de la cliente del abogado a quien le pareció extraño que la chica, al pedirle una prenda de ropa no la saludara, por lo que llamó a una tercera amiga y le comentó su enfado.

Posteriormente, esta última se puso en contacto con la otra gemela y ella negó que hubiera ido a comprar ninguna vestimenta y luego volvió a llamar a la dependienta para dejarla fuera de toda duda y dejara de estar molesta. Días después, la hermana gemela apareció nuevamente por la tienda para devolver una prenda y en ese momento la chica la retuvo y le preguntó sobre su identidad.

Encuentro en un centro comercial

El asombro fue tan grande que la chica decidió proponer un encuentro debido a que los rasgos de su amiga y aquella chica desconocida eran "muy parecidos". De ahí que, días después las tres se encontraron en el mismo complejo comercial y, al verlas por separado, la amiga común se desvaneció al comprobar que el "parecido" entre ambas no sólo era "abismal, sino aplastante".

"Eran dos gotas de agua" y como se parecían tanto empezaron a preguntarse datos importantes sobre en qué centro hospitalario habían nacido y en qué fecha y llegaron a la conclusión de que nacieron el mismo año, aunque una de ellas nació con tres días de diferencia en el Hospital Nuestra señora del Pino en 1973.

Al verse prácticamente ante su espejo, la clienta del abogado comentó que tenía otra hermana gemela "pero la verdad es que no se parece" mucho a ella. De este modo, le propusieron a su clienta hacerse la prueba del ADN, pero ésta se asustó por "la trascendencia familiar que podía conllevar" y quería "seguir viviendo como hasta ahora". Por ello, rechazó tal proposición por el "terror de conocer lo que iba a pasar y no quiso someterse" a dicho examen médico.

Sin embargo, en el año 2004 "esa incertidumbre y un cúmulo de casualidades" le crearon un "cuadro serio de ansiedad" que le obligó a someterse a la prueba y "pasó lo que tenía que pasar", según Sebastián Socorro, que destacó que el resultado fue que "no sólo genéticamente son hermanas gemelas sino también que son idénticas, pues los parámetros genéticos de una y otra son los mismos". Por tanto, eran hermanas gemelas en una similitud del 99,99%.

Reclamación de tres millones de euros

Las pruebas cambiaron el destino de dos familias, pues se determinó que las hermanas gemelas naturales efectivamente habían nacido el mismo día mientras que la tercera hermana no biológica de una de ellas fue la que nació con tres días de diferencia, pero al hacer el intercambio de bebés a la cliente de Socorro le pusieron la fecha de nacimiento que no era.

En ese momento, las tres chicas decidieron exigir responsabilidades y formularon una reclamación ante la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias por "responsabilidad patrimonial" de la administración por funcionamiento anormal de la administración sanitaria pública.

Sin embargo, desde el primer momento la administración mostró, según el letrado, "una desidia y dejadez total", ya que "no se preocupó por el problema". Por ello, su clienta decidió interponer un recurso contencioso administrativo por silencio negativo en el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 3 de Las Palmas de Gran Canaria.

Daño moral

Así, el abogado reclama tres millones de euros a la administración para su cliente (hermana biológica separada) basándose en "el daño que se ha causado de carácter moral porque ha afectado a la propia dignidad personal por la mala praxis de la administración, que ha interferido en el desarrollo personal y familiar" de su cliente, quien, a raíz del descubrimiento estuvo sometida durante años a tratamiento psicológico especializado.

En este sentido, el letrado destacó la gravedad del asunto, ya que en la Convención de las Naciones Unidas de los Derechos del Niño se recoge "como primer derecho absoluto la correcta identidad personal y familiar".

Respecto a si la cuantía de los daños es excesiva, Sebastián Socorro se preguntó cómo se cuantifica el perjuicio moral y anunció que se está a la espera de conocer el resultado judicial de este caso, "el primero a nivel nacional", resaltó el abogado, que indicó que al llegar el caso a sus manos repasó la jurisprudencia y se percató de un caso similar en Latinoamérica.

"Ojalá esto no hubiera pasado"

Socorro subrayó que "no es sólo el daño psicológico" causado a la mujer, que en la actualidad tiene 35 años, sino que "se le ha privado de relacionarse con su familia biológica, hecho que se agrava debido a que el padre biológico falleció antes del descubrimiento parental", lo que se suma a la "pérdida del apoyo de su hermana genética" en todo este tiempo y la "crítica e indeseable situación que soporta" su cliente con la que creía su familia biológica.

"Ojalá esto no hubiera pasado", afirmó el abogado en palabras de su cliente, quien desea que "este calvario termine cuanto antes", al tiempo que preferiría "haber seguido engañada, ya que así hubiera seguido siendo feliz".

Ella aseguró, según su abogado, que "es imposible recuperar el tiempo perdido" y le es "incapaz" de llamar a su madre biológica "mamá", así como mantiene una relación de amistad con su hermana genética. "Es una situación forzada e indeseada que le ha creado un conflicto familiar, personal y laboral", manifestó.

Una metedura de pata

El letrado argumentó los hechos en "una metedura de pata de la administración" sanitaria canaria con el resultado de la incorrecta identificación de tres niñas una vez entregadas a sus padres.

Por ello, criticó la "falta de delicadeza y actuación y de dedicación frente al problema por parte de la administración, que en ningún momento ha reconocido el error ni ha querido dar una solución al problema". Además, la administración mantiene, según el abogado, que "el funcionamiento fue correcto" dentro del centro hospitalario.

Agregó que Sanidad deja entrever "que si hubo algún tipo de manipulación fue por parte de los progenitores fuera del centro hospitalario" y la administración ha cifrado en 700 euros la indemnización en caso de que el juez falle una supuesta negligencia médica con daños morales a las afectadas.