Salut estudia fórmulas idóneas para financiar todos los abortos

La Generalitat tiene la firme intención de financiar total o parcialmente --en mayor cuantía que hasta ahora-- los abortos que se realicen en los centros sanitarios de Catalunya, públicos y privados, aunque aún no se ha decidido la fecha de inicio y la partida económica con que esto se haría efectivo. Así se lo comunicaron ayer dos altos cargos de la Conselleria de Salut a representantes de las asociaciones de planificación familiar y de clínicas acreditadas para practicar interrupciones del embarazo.

El objetivo de estos colectivos es que el aborto figure en la cartera de prestaciones sanitarias con financiación pública, lo que equipararía a Catalunya con comunidades donde esto ya es así, como son Andalucía y Valencia. Hoy está previsto que expongan esta misma petición a la consellera, Marina Geli, quien podría aportar concreción a un tema que, señalan, difícilmente se aplicará antes de las elecciones generales.

El coste de esa financiación se aproximaría a los 7,7 millones de euros, si cubriera el 100% de las intervenciones, según un reciente estudio encargado por Salut. Esta aportación económica sustituirá a las ayudas que ahora proporciona la Generalitat a través de la organización Salut i Família, 600.000 euros anuales que financian de forma parcial un 20% de los abortos que solicitan mujeres con pocos recursos. Las beneficiadas por esa ayuda, y las clínicas donde se las interviene, son escogidas por Salut i Família, una selección que ha sido objeto de crítica.

El conflicto creado a raíz de las citaciones judiciales de usuarias de clínicas que realizan abortos, practicadas por orden de jueces de Madrid y, en menor medida, de Barcelona, motivó las concentraciones de protesta que ayer se realizaron en la puerta del Sol, de Madrid, y en la plaza de Sant Jaume, de Barcelona.

MISMA DEMANDA

Esas acciones judiciales no han reducido la demanda de abortos en los centros acreditados, informan dichos servicios, pero sí resulta evidente, afirman, la inquietud de las mujeres que solicitan la intervención. "No son operaciones que se pidan por capricho, y es lógico que la demanda no varíe --explicó Isabel Iserte, enfermera de un centro de abortos y miembro de la Associació Catalana de Planificació Familiar--. Lo que sí está ocurriendo es que las mujeres vienen con temor a que sus datos dejen de estar protegidos, y con angustia por si son citadas para ser interrogadas".