'Barrio Sésamo' advierte ahora de que no era apto para niños

La productora alega que al principio los personajes mostraban malos hábitos

IDOYA NOAIN / NOVA YORK

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En Estados Unidos, un país donde un fiscal general tapó el pecho de una estatua que representa a la justicia, pocos extremos de corrección política sorprenden. Pero aún los hay. Y el último revuelo se ha organizado con el lanzamiento en DVD de las primeras temporadas deBarrio Sésamo. Al empezar el visionado de los capítulos correspondientes a los años 1969 y 1970, un presentador da la bienvenida a "la nostalgia" y, a continuación, lanza la advertencia: "Estos primeros episodios están destinados para adultos y pueden no adecuarse a las necesidades del niño en edad preescolar de hoy".

La explicación del aviso la ha intentado dar aThe New York TimesCarol-Lynn Parente, productora ejecutiva de la serie, y para hacerlo ha elegido el ejemplo del monstruo de las galletas, Triqui en la versión española, al que en el año 2005 los actuales responsables deBarrio Sésamoconvirtieron en gran comedor de zanahorias y frutas para fomentar entre los pequeños una dieta sana.

En uno de esos tempranos capítulos, Triqui aparece llevando una pipa, que luego se come. "Eso era modelo de un comportamiento equivocado", ha explicado Parente, que cree que hoy no se podrían crear algunos de los personajes originales como el muñeco gruñón que aparecía en un cubo de basura.

HIPERSENSIBILIDAD

Sus argumentos no convencen a juzgar por el maremoto que se vive en internet. Abundan las denuncias de hipersensibilidad y excesivo proteccionismo hacia los niños. Y se denostan interpretaciones recientes que algunos ultraconservadores han hecho del programa: ¿eran Epi y Blas homosexuales?, ¿era el amigo imaginario del gran pájaro en que se basó la Gallina Caponata efecto de un viaje alucinógeno?, ¿era pederasta un adulto que en un capítulo invitaba a una niña a un vaso de leche?

Daniel Anderson, hoy profesor de psicología en la Universidad de Massachusetts y en la década de los 70 asesor deBarrio Sésamo, ha defendido en la radio pública que "no había ninguna agenda secreta" tras el programa y "simplemente se tomaban decisiones inocentes que solo empezaron a ser cuestionadas después, cuando el programa, como el resto del país, empezó a verse sumido en la guerra cultural".

Anderson ha explicado que lo único que preocupaba entonces a los guionistas del programa era "mantenerse lejos de la violencia" y sostiene que "los niños son absolutamente inconscientes de las preocupaciones de los adultos".