Endesa y Red Eléctrica llevan su cruce de acusaciones al Parlament

NEUS TOMÀS / BARCELONA

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Tras 10 horas de debate parlamentario, todavía se hace muy difícil saber cómo se produjo el apagón y por lo tanto quién fue el responsable del desastre que dejó a miles de barceloneses sin suministro durante muchas horas o casi tres largos días. En una comparecencia insólita, los presidentes de Endesa, Manuel Pizarro, y de Red Eléctrica Española (REE), Luis Atienza, acudieron a la Diputació Permanent de la Cámara catalana, para evidenciar que ninguna de las dos compañías --la primera, encargada de la distribución y la segunda, del transporte de la energía-- está dispuesta a asumir responsabilidades. Todo lo contrario. Ambos se dedicaron a culparse mutuamente, y a glosar su interés por Catalunya con una mareante lista de cifras.

Pizarro no decepcionó y, con un discurso vehemente, rehusó reconocer ningún error. Eso sí, frente a la agresividad hacia lo catalán que mostró durante la negociación de la opa de Gas Natural, ayer, se deshizo en elogios a Catalunya. En su versión de los incidentes que provocaron el apagón del pasado 23 de julio, insistió en responsabilizar de todos los problemas a REE, y concretamente de los fallos en la red de transporte. Pizarro rechazó las acusaciones de falta de inversión, recordando que entre el 2007 y el 2009, Endesa tiene previsto destinar más de 3,3 millones de euros a Catalunya, e incluso proclamó que su empresa es "el principal inversor de Catalunya".

LA CALIDAD Y EL RECIBO

En un aviso a consumidores y administraciones, Pizarro recordó que las nuevas fórmulas de producción, por ejemplo las vinculadas a energías renovables, encarecen el precio final, aunque nadie quiera oír hablar de un incremento de la factura de la luz. "Calidad alemana a precio tercermundista no puede ser", sentenció.

Por su parte, Atienza, a pesar de "lamentar" el cruce de acusaciones, no hizo nada para evitarlo. Se defendió de las críticas de Pizarro pagándole con su misma moneda. Y es que Atienza coincidió en que el problema está en la red, pero no en la de REE, sino en la de Endesa. "Si los cables se caen es por el deterioro acumulado durante años. La única explicación, un déficit de mantenimiento", insistió.

Atienza no se pudo librar de una mayorpresunción de culpaa ojos de la oposición por su vinculación al PSOE. No en vano, REE es una empresa semipública que tiene el monopolio del transporte eléctrico y cuyo presidente es nombrado por el ministro de Industria. Un extremo que le vino como anillo al dedo a CiU para recordar que, en este caso, quien le designó no fue otro que el anterior titular de la cartera y hoy presidente de la Generalitat, José Montilla. En esa línea de razonamiento, el diputado Oriol Pujol, no dudó en buscar el paralelismo con otrabestia negrade la temporada, AENA, la empresa que ostenta el monopolio de la gestión aeroportuaria. Al final lo único que quedó claro es que existe un problema en la red. Pero los diputados no llegaron a hacerse una idea clara de dónde reside ese problema, si en la del transporte (REE) o en la de la distribución (Endesa), o en las dos. El Govern, que por la tarde recibió un trato de guante blanco por parte de las empresas, y la Comisión Nacional de la Energía, deberán dilucidar a la luz de los informes técnicos aún en curso, quien tiene razón o parte de ella.

Si por la tarde todo fueron buenas palabras, por la mañana la comparecencia de los consellers Antoni Castells y Joaquim Nadal se ajustó más al guión de reproches propio de la política en estado puro. Mientras el rey del diván, Woody Allen, rodaba en el parque de la Ciutadella, a unos metros del Parlament, los políticos interrumpieron sus vacaciones para constatar que los catalanes sufren una crisis de autoestima provocada por el apagón, los problemas de Cercanías, y los colapsos en las autopistas.

El Govern,a través del titular de Obres Públiques abrió la caja de los lamentos: "Catalunya sufre un déficit histórico de infraestructuras". Nadie negó este retraso, pero nadie quiso asumir la culpa. Tripartito y CiU se acusaron mutuamente, y mientras el Govern se mostró satisfecho por su actuación, los nacionalistas se esforzaron es deslegitimarlo. "Este gobierno no está a la altura", proclamó el líder de CiU, Artur Mas, desde la tribuna reservada a la intervención de los consellers..

Constatado el déficit de infraestructuras y el escepticismo de los ciudadanos, llegó el momento de las apelaciones a la unidad. Castells insistió en que la división contribuye a la desconfianza, y añadió que recuperar la falta de inversión es "una cuestión de país".

PETICIONES DE DIMISIÓN La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, estuvo presente en la mayoría de intervenciones. El Govern, implícitamente, reconoció que las relaciones con la titular del ministerio no son buenas, mientras que ERC y PP directamente exigieron su dimisión.

Al final, tras asistir al largo debate desde la fila de invitados, el alcalde accidental de Barcelona, Ramon García Bragado, expresaba "la decepción y la preocupación por la incapacidad de las empresas de dar garantías de suministro".