El festival de cine fantástico de Catalunya

Ben Wheatley triunfa con la gran 'Sightseers'

El director de 'Kill list' apunta a los premios de Sitges

De izquierda a derecha, Alice Lowe, Chris Oram y Ben Wheatley.

De izquierda a derecha, Alice Lowe, Chris Oram y Ben Wheatley.

JULIÁN GARCÍA

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El director británico Ben Wheatley sorprendió en Sitges-2011 con Kill list, un título de terror extrañamente oblicuo, de estilo entre arty y realista. En Sightseers, exhibida ayer en el concurso de la sección oficial, cambia de registro --del terror a la comedia negra-- sin dejar de mostrar modos de superdotado. Escrita e interpretada por Steve Oram y Alice Lowe, Sightseers es una road movie de humor minimalista convertida en seudoslasher seudoslasherpor circunstancias que es mejor no revelar.

Oram y Lowe forman una pareja cómica sublime, y Wheatley demuestra la misma capacidad para captar la atmósfera y el momento que en Kill list, solo que en una dirección bastante diferente. Si Sightseers no obtiene algún premio importante en Sitges, el mundo está definitivamente loco. Es una macabra, deliciosa sorpresa de culto instantáneo.

Una de tristeza y otra de júbilo

Dentro del concurso, también vimos Headshot, un hermético thriller neonoir sobre la corrupción, la venganza y la justicia (o la falta de ella) dirigido por el tailandés Pen-ek Ratanaruang, el autor de la espléndida Last life in universe (2003). El filme sigue el devenir de un policía que, tras ser chantajeado por un empresario, se convierte en sicario de una organización que elimina a los grandes corruptos del sistema político y económico tailandés. Un relato trágico y desencantado acerca de la futilidad de la justicia y la maldad intrínseca del hombre. Mucha tristeza.

Todo lo contrario que la jubilosa Safety not guaranted, proyectada en la sección oficial, pero fuera de concurso. Es natural que fuera una de las sensaciones del último Sundance. El nortemericano Colin Trevorrow combina de manera irresistible el regusto geek de los viajes en el tiempo con las hilarantes delicias de una comedia indie para acabar emocionando, y mucho, con su reflexión sobre el paso de tiempo y las oportunidades perdidas. Pataleos y aplausos más que merecidos. Una gozada.