FESTIVAL DE CINE DE SITGES

Jim Mickle se consagra con el 'thriller' 'Frío en julio'

Tras sus obras de terror, el nuevo filme es uno de los hitos de Sitges

El director norteamericano Jim Mickle, fotografiado ayer en Sitges.

El director norteamericano Jim Mickle, fotografiado ayer en Sitges.

JUAN MANUEL FREIRE / SITGES

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El único camino de Jim Mickle (Pottstown, Pennsylvania, 1979) parece hacia arriba. En cada película se supera a sí mismo, sube un escalón. Cayó bien con la historia de hombres-convertidos-en-ratas Mulberry St (2006), empezó a ser tomado realmente en serio con Vampiros del hampa (2010) y, a la altura del drama caníbal We are what we are (2013), muchos ya se preguntaron si no estaríamos ante el gran director de terror del nuevo milenio. Y entonces Mickle se pasó al thriller«Pero con algo de terror, porque da miedo, o espero», dice él. «Desde luego, se me habían acabado las formas de mostrar a gente comiéndose a otra gente. Ahora quería cultivar la tensión partiendo de elementos más cotidianos, contar otra clase de historia».

Frío en julio Frío en julio-que tras su paso por Sitges fuera de concurso llegará a las salas comerciales el 12 de diciembre- es la turbadora pero también divertida odisea de Richard (Michael C. Hall), un tipo decente, felizmente casado y padre de un hijo, que se dedica, a finales de los 80, a un negocio poco oscuro: la enmarcación. Todo cambia cuando una noche se oye un ruido en casa y él acaba apretando un gatillo y matando a un hombre. Sigue una trama insana.

La fuente es una novela de 1989 de Joe R. Lansdale, prolífico escritor -y experto en artes marciales- al que Mickle descubrió a través de la cult movie Bubba Ho-Tep, que adaptaba una plaquette del autor. «Me encantó la película. Y después empecé a tratar de leerlo todo, un gran trabajo. Tiene 30 o 40 novelas. Leí muchas en la universidad. Pero Cold in July cayó en mis manos más adelante, tras rodar Mulberry St. Enseguida supe que quería convertirlo en una película».

'THRILLER' 'OCHENTAS'

De la mano de su coguionista y actor habitual Nick Damici, Mickle ha convertido la novela en un pequeño gran thriller de los que ya no se hacen. Tenso, ingenioso, malicioso, adulto en un buen sentido. La clase de película policiaca fácil de encontrar en los 80 pero ahora ausente de las salas. «Ahora solo existen las películas muy pequeñas o las películas de superhéroes. Pero las películas que, en los 80, habrían rodado un Kurt Russell, un Richard Gere, ya no existen. En cualquier caso, quiero creer que hay esperanza. Porque los adolescentes ya no van al cine, se descargan las películas, y quizá los productores adviertan que hay que dirigirse a un público de más edad. Que ahí existe aún un mercado».

Entre los escalofríos de misterio y acción de Frío en julio Frío en juliose oculta, en apariencia, una crítica a las leyes de armas en EEUU. Cuando el protagonista acaba con el invasor doméstico, es considerado un héroe, pero en realidad lo mata por accidente, a causa del miedo que le ha invadido. Mickle prefiere no dar demasiada importancia a ese aspecto: «Es cierto que está ahí. No puedo decir que no me preocupe. Pero mi película tampoco es la más adecuada para hablar en profundidad de un tema tan serio».

Influjo coreano

Pese a ello, no cuesta ligar a Mickle con los directores de Corea del Sur que, en los últimos años, han ofrecido historias criminales enraizadas en las problemáticas sociales de su país. Él está encantado con la asociación: «Nunca olvidaré mi viaje al festival de PiFan -en Bucheon, Corea del Sur- para presentar Vampiros del hampa. No es un festival tan hospitalario como Sitges. Apenas hablan inglés y te sientes perdido, no sabes dónde tienes que ir nunca... Lo único que se me ocurrió para pasar el tiempo fue meterme a la sala de visionado. Y allí absorbí toda la producción del momento. La influencia me ha seguido hasta Frío en julio. Está en los cambios de tono, en lo impredecible de la trama... Al preparar la película pedí a todo el equipo que viera tres películas surcoreanas: The chaser, Memories of murder Mother.

Espectador omnívoro, Mickle se declara también fan de las series, y su proyecto más inmediato debería ser Hap and Leonard, serie para Sundance TV basada en las novelas de Joe R. Lansdale. Si no, también tiene entre manos  una adaptación de Mar de fondo, de Patricia Highsmith. Por primera vez, trabajaría sobre un guion ajeno: «El mejor que he leído nunca». Esto promete. Ya sabemos, cada filme suyo es superior al anterior. «No me presione, por favor», suplica entre risas.