Combate el frío y los dolores musculares con esta manta eléctrica baratísima

Las mantas eléctricas suelen usarse para aliviar algunos dolores, pero, ahora en invierno, hay quien las emplea para entrar en calor.

Y es que, por un lado, son muy útiles frente a ciertas lesiones deportivas e incluso antes de los entrenamientos, puesto que ayudan a calentar los músculos y evitar espasmos.

Si por el contrario no tenemos ninguna lesión, pero si las tan poco deseadas “agujetas”, el calor hace que la acumulación del ácido láctico (causante del dolor) disminuya.

Y, por otro, si solo se encuentra una persona en el domicilio, encender la calefacción de toda la casa supone un malgasto energético y de dinero que puede ahorrarse gracias a estos dispositivos.

También es cierto que, aunque no son lo suficiente grandes, nos pueden servir para calentar ciertas zonas de la cama antes de irnos a dormir o colocarla entre la toalla que utilicemos tras el baño.

Es el caso de la manta eléctrica lumbar Letitwell, que en Amazon tiene 1.500 valoraciones positivas de los usuarios.

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Incluso en los días con más frío, esta manta eléctrica lumbar te permitirá mantenerte cálido en cualquier espacio del hogar.

Dispone de seis niveles de temperatura ajustables, entre 40 y 60 grados, de manera que siempre puedas configurarla a tus necesidades.

Para ello, incorpora un práctico mando, desde el que también puedes establecer un temporizador de apagado automático entre 30 y 120 minutos, con el fin de ahorrar energía y evitar quemaduras por sobrecalentamiento.

Esta manta eléctrica está disponible en dos medidas (50x60 cm y 85x43 cm), de manera que se adapta fácilmente a cualquier zona del cuerpo y en personas de todas las tallas. Por lo tanto, podrás usarlo por igual en el cuello, la espalda, el abdomen o las piernas.

Lo mejor es que su tejido externo aporta un tacto suave para aumentar la comodidad, incluso si estás durmiendo.

Su cable de alimentación tiene 2,2 metros de longitud para poder conectarlo en cualquier enchufe de casa.

Para poder generar el calor, la almohadilla se vale de la electricidad, esto hace que cada modelo tenga una potencia en particular, pudiendo obtener en menor tiempo mayores niveles de temperatura.

También es cierto que habrá que tener en cuenta que cuantos más vatios tenga mayor será su consumo eléctrico, en general entre 50 y 120 W. Lo ideal es encontrar un balance entre una potencia elevada y un menor consumo asociado.

La terapia con estas almohadillas consiste en la aplicación de calor, permitiendo que los músculos se relajen aliviando así las dolencias. En la mayoría de los modelos, el calor se regula mediante un selector de temperatura, de esta manera podremos elegir aquella que mejor se adapte a nuestra tolerancia.

Lo ideal es que la temperatura se alcance en poco tiempo, para notar los efectos del calor y aliviar la dolencia lo más pronto posible. Igual de importante es que se distribuya de manera uniforme por toda la almohadilla para asegurarnos de que el calor llegue con la misma intensidad a toda la zona de dolor.

El material de la funda de la almohadilla no solo nos brindará confort durante su uso, sino que al mismo tiempo conservará mejor o peor el calor, o hará que la almohadilla sea transpirable o no. Además, sea cuál sea el material de la funda, lo ideal es que podamos retirarla para poder lavarla.

Si pretendemos utilizar la almohadilla en una zona en la cual quizás no se pueda apoyar sin que al movernos se resbale, hay algunos modelos que traen unas cintas de sujeción, que permiten sujetar la almohadilla y cambiar de posición con toda facilidad.

La seguridad no es un tema menor, tratándose de un aparato que va conectado a la corriente eléctrica, genera calor y además está en contacto con nuestro cuerpo. Por ejemplo, es importante que incorpore que la función de apagado automático previniendo posibles quemaduras o incluso incendios, si por algún descuido la dejamos encendida sobre el sofá.