Entrevista

Andrea Ros, Mirela Balic y Tai Fati ('Zorras'): "El sexo deseado, placentero, no es sórdido"

Las actrices dan vida a las protagonistas de la serie de Atresplayer que cuenta la revolución sexual de tres chicas

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Andrea Rosa, Mirela Balic y Tai Fati, actrices de 'Zorras'

Andrea Rosa, Mirela Balic y Tai Fati, actrices de 'Zorras'

Inés Álvarez

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Alicia, Emily y Diana, las protagonistas de la serie que acaba de estrenar Atresplayer 'Zorras', basada en la primera de las novelas de la exitosa trilogía de Noemí Casquet 'El club de las mujeres libres', tienen perfiles muy distintos,. Y eso mismo les ocurre a las actrices que las interpretan. La catalana Andrea Ros es la más veterana de las tres y en su currículum, además de cine y teatro, figuran series como 'Mar de fons', 'Amar es para siempre' y 'Mar de plástico'; la serbocroata Mirela Balic ha fichado para la próxima temporada de 'Élite', y Tai Fati, que es mujer sobre todo de teatro, participa en la miniserie que acaba de estrenar Netflix 'Un cuento perfecto'. 

Cuando les propusieron este proyecto, ¿qué fuera tan atrevido les paralizó o fue un aliciente?

Andrea Ros (A. R:): Fue un aliciente, pero debo decir que, aunque miedo nunca tuve, sí mucho vértigo de cómo iba a a ser esto mostrando una sexualidad Pero se me pasó rápido, porque me entusiasmó mucho más.

Mirela Balic (M. B.): Para mí hubo algo de tirarse a la piscina. Pero eso forma parte de mi personalidad: que me tiro a la piscina con el miedo. Y con el miedo nado. Y la gran sorpresa es que no me encontré tiburones, sino todo lo contrario: un equipo maravilloso en un barco que zarpó hacia un lugar muy bonito y al mismo punto al que queríamos llegar. Con lo que salió todo a pedir de boca.

Tai Fati (T.F.:): Mirela es poeta.  

M. B.: Es que a veces el miedo no tiene que ser paralizador, sino que puede ser un motor muy motivante. 

T. F.: En mi caso hubo necesidad de explicar este tipo de historias y de mostrar cuerpos diferentes, mujeres diferentes y decir: ¿esto me está llegando a mí? Vamos a lucharlo. Ojalá cuando era más pequeña hubiera visto a alguien como yo en pantalla. Me abanderé de esto y vamos a por ello. Y que el miedo me vaya por detrás.

Se aborda el sexo de una manera muy desinhibida, pero nada sórdida. El humor y el punto divulgativo ayudan a que no sea' heavy'.

A. R.: Es que el sexo no es 'heavy', es la hostia. Lo guay que tiene la serie es que el sexo lo explica tal como es: tierno. Eso de pensar que el sexo es una cosa sórdida, sucia y fea forma parte de esta sociedad cristiana que nos dice que eso está mal,, que nos dice: no te toques, guarra. Pero no es eso. El sexo deseado, el sexo consentido, el sexo placentero tiene mucho que ver con la ternura y muy poco que ver con lo sórdido. Zorras habla de sexo, del de verdad.

T. F.: Ya es hora de cambiar el imaginario colectivo. 

M. B: Y como decías tú, Tai: todos los cuerpos de distintas generaciones tienen derecho a sentir placer, a liberarse y a abrazarse y a decirse: te quiero., 

Háblenme de sus personajes.

A. R.: Alicia está en plena crisis existencial. Yo llegué a los 26-27 y me pasó eso. Ella piensa: ¿qué estoy haciendo con mi vida? Estoy en mi casa, con mi novio de siempre, la vida es un auténtico peñazo, ¿Qué puedo hacer? El vehículo para cambiar eso es probar cosas nuevas. Voy a ponerme a prueba, a ver hasta dónde me lleva este giro de timón.  

M. B.: Yo veo mucho de mí en Emily. Veo desde fuera como a mi yo de hace dos años. Hay una cosa en mi propia trama que es que constantemente vuelvo a un chico que fue un novio, pero no como un cuento de princesas. Y eso es muy bello, porque denota la manera incorrecta que se relacionan muchos chicos y chicas con sus parejas o exparejas. Tener ese referente ayudará a alguna mujer a decir: igual tengo que romper con este patrón tóxico. 

T. F.: Diana rompe con una estructura sobre quién es ella misma y eso lo hace gracias a crear una red de confianza con sus amigas y al autodescubrimiento. El descubrimiento de ella misma, romper con vínculos familiares, legitimarse y decir: esta soy, me quiero tal como soy. Ese es su viaje.

El sexo es una gran protagonista, pero también la amistad y la sororidad.

A. R.: Incluso diría que más: el sexo es una excusa. ¿Cómo vamos a contar todo esto? Pues a través de la sexualidad. Pero la serie habla de crecer y crecer es muy complejo. Duele muchísimo, da mucho susto, y se crece mejor acompañada.

M. B.: Decimos que la amistad prevalece más que todo lo demás. Lo demás viene, pero es vínculo entre nosotras el vehículo que les lleva a tantos otros lugares que veréis. 

T. F.: Es ahí donde te atreves a salir de tu zona de confort. De romper con cosas.

M. B.: Porque tenemos un apoyo. En la serie, como en la vida, te apoyas en tus amigas, porque descubres cosas que igual la otra ya ha descubierto y te nutres y retroalimentas.

Es una serie de jóvenes. Pero ¿es importante que agrade al adulto, que arrastra más tabús?

T. F.:. Sería necesario. 

A. R.: Sería interesante. Y es que ¿por qué la gente mayor no puede ver las historias de jóvenes? Que las protagonistas seamos jóvenes no quiere decir que el público único y objetivo sea ese. Simplemente es la historia de unas chicas jóvenes y eso lo pueden ver mayores, igual que yo he visto Los lunes al sol y no soy un señor blanco de 40 años. Y, además, me encantó. Entonces, igual, está guay poner en valor las cosas que a los jóvenes nos pasan, que son cosas bastante interesantes, no solo las de la gente mayor.

M. B.: Hay estos tópicos de: tú eres demasiado pequeño para entenderlo. Cuántas veces un hijo le abre los ojos a su padre o a su madre. Le quita la venda. Entonces, es importante que todas la generaciones la vean, porque todos tenemos algún tipo de tabú/venda de por medio. Da igual la edad. Lo tenemos, la carga existe. No solo debemos reeducar el crecimiento de los jóvenes, sino que también a la gente más mayor.

A. R.: Y seguramente mucha de esa gente de 40 o 50 años tienen hijos adolescentes. Es interesantísimo que puedan ver este contenido y puedan ponerle palabras al idioma de su hijo. Porque es como: ¿qué lenguaje habla mi hijo? Es una forma de acercarse también a la vivencia, ¿no?