'Bienvenidos a Edén' (Netflix): el supuesto ‘paraíso’ juvenil se convierte en un infierno

La primera temporada de la serie de Netflix ‘Bienvenidos a Edén’ presentaba una comunidad ecosostenible con vocación de Arca de Noé que acogía a jóvenes cuidadosamente seleccionados. Aquellos que habían acudido atraídos bajo el falso señuelo de una fiesta isleña para promocionar una bebida y acababan presos en un inquietante paraíso. En la segunda, que estrena Netflix este jueves, 20, aquella artificiosa paz se convierte en un infierno.

La violencia sorda ejercida por dos seres con maneras de salvadores, Astriz (Amaia Salamanca) y Erik (Guillermo Pfening) sobre jóvenes sumisos y resignados (con un ánimo parecido al de los concursantes de ‘El juego del calamar’) da paso a una más estridente y primaria, presidida por armas de fuego y ejecutada por tipos que exudan testosterona. “Se suspende el paraíso”, apunta la líder espiritual de la secta, a la que se le ha acabado la paciencia ante tanto disidente. Un paraíso , por cierto, que solo veía ella, su marido y cuatro iluminados.

El nuevo tráiler de 'Bienvenidos a Edén' nos muestra a una una implacable Amaia Salamanca

La primera tanda de capítulos acababa con Zoa (Amaia Aberasturi) y Charly (Tommy Aguilera) huyendo a nado para alcanzar el barco que les podría llevar lejos de allí con el fin de buscar ayuda y liberar a sus compañeros de cautiverio: la narcisista ‘influencer’ África (Belinda) y el traumado Ibón (Diego Garisa). Pero la llegada de la adolescente Gabi (Berta Castañé), movida por su búsqueda incesante de su hermana Zoa, hace que esta cambie de planes. A Charly se los cambian.

Los nuevos personajes

Las nuevas tramas estarán presididas por una salvaje caza del asesino de uno de los miembros de la élite de la fundación. De ello se encarga Joel, a quien da vida Carlos Torres, el protagonista de la exitosa telenovela colombiana ‘La reina del flow’, también de Netflix. “Mi personaje, Joel, viene a respaldar a Astriz, que está perdiendo un poco el control de la isla, de los muchachos....”, cuenta el actor. ”Llegamos para ponerle picante y acción a esta temporada. Porque el tono en las escenas íntimas está mucho más alto. Algo que la gente espera”, añade. Nona Sobo, por su parte, da vida a una bellísima joven tailandesa, despreocupada y disfrutona, que pronto se integra en la isla. 

Continuán el resto de los personajes (los que no fueron eliminados en la anterior temporada, claro), como los que interpretan Begoña Vargas, Irene Dev, Carlos Soroa y Dariam Coco, jóvenes aparentemente integrados en el sistema, aunque algunos ya han abierto los ojos a la realidad o empiezan a hacerlo.

Al frente de la torre de control, fiel a la fundación, continúa Maika (Lola Rodríguez), una mujer 'trans' poderosa y fría que el amor acabará derritiendo: “Su conflicto no tiene que ver con su identidad, sino con el amor y con su ideología. Por confiar en una fundación como es Edén y tener en la isla a una persona que le trastoca, le rompe su coraza y le hace sentir que el amor también es para ella“, explica la actriz de ‘Veneno’.

Violencia y sexo

Ell autor del cambio de la ‘gran hermana’ del pelo azul es Charly, un chico que también vivirá un sunami de emociones tras su frustrada huida de la isla: “Mi personaje va a sufrir por todos los lados. Y todo lo físico es una anécdota comparado al sufrimiento emocional que va a acarrear en esta temporada “, asegura Aguilera, actor de ‘SKA’. África, por su parte, aparecerá como un animal enjaulado (y esto es más que una metáfora): “En la primera temporada es supercontroladora y en esta, supervulnerable. Está desarmada y tiene que hacer cualquier cosa por sobrevivir”. Aunque coquetear con el marido de la líder quizá no sea la mejor idea. 

En los nuevos capítulos abunda la violencia, el miedo, la venganza, la muerte... Por algo es el infierno. Aunque también hay momentos para el amor, la amistad... y el sexo. El único trocito de paraíso que les queda.