Entrevista

Jared Harris: "Suelen llamarme para hacer de inteligente"

Tras 'Mad men', 'The Crown' y 'Chernobyl', el actor inglés sigue reinando en las series de prestigio con su papel del matemático Hari Seldon en la espectacular 'Foundation'

Jared Harris: "Suelen llamarme para hacer de inteligente"

Jared Harris: "Suelen llamarme para hacer de inteligente" / Apple TV+

Juan Manuel Freire

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Hace alrededor de década y media, Jared Harris dejó de formar parte de la categoría 'su cara me suena', o de ser llamado 'el hijo de Richard Harris', para convertirse en, simplemente, Jared Harris. Tras sus grandes papeles en 'Mad men', 'The Crown', 'The Terror' o 'Chernobyl', el actor inglés es sinónimo de tele de prestigio, pero también puede vanagloriarse de haber trabajado en cine con Spielberg, Zemeckis, Fincher o Reichardt. Desde este viernes, día 24, empezaremos a verle como el matemático Hari Seldon, capaz de predecir el futuro, en 'Foundation' (Apple TV+), espectacular adaptación de la saga de Asimov sobre la capacidad del hombre para autoboicotearse y, sobre todo, para reconstruirse frente a la adversidad.

¿Cuál era su conexión personal con 'Fundación', y Asimov en general, antes de meterse en este proyecto? 

Sabía quién era Asimov y qué clase de obras escribía, pero en realidad no había leído ningún libro de la saga. Cuando supe que iba a hacer de Hari Seldon, empecé a leerlos en orden cronológico, no en el orden en que Asimov los escribió. Quería empezar desde el principio y llegar hasta el punto en que mi personaje iba a tener un papel que jugar. 

¿Y cómo fue esa repesca tardía? ¿La disfrutó? 

Lo que entendí enseguida es por qué estos libros habían sido tan complicados de adaptar. Tampoco es que resulten muy intensos a nivel dramático. Hay muchas conversaciones, algunas de veinte o treinta páginas. Sobre todo, son libros filosóficos. Por entonces ya había leído los dos primeros episodios y me impresionó cómo David [S. Goyer, el cocreador de la serie] había solucionado los problemas de la adaptación. Ha sabido ser fiel a las aspiraciones filosóficas de la obra de Asimov y, al mismo tiempo, dar con ángulos más dramáticos. 

¿Qué fue lo que más le interesó del personaje de Hari Seldon en aquellos guiones? 

En los guiones, Seldon era, de forma deliberada, un enigma. Así es como lo planteó Goyer. Su idea era que el espectador no supiera mucho del personaje en un primer momento. Yo tenía miedo de ver al personaje reducido a un simple altavoz de ideas, sin calidez ni entidad humana. Junto a Goyer, busqué el modo de hacerlo más cercano. Otro problema era que Seldon puede predecir el futuro y sabe lo que pasará antes de que pase. Eso quita mucho drama y riesgo tanto al personaje como a la historia. Debíamos decidir qué cosas sabía y qué otras cosas podía no saber; todo por añadir cierta incertidumbre. El espectador debe sentir intriga por lo que pasará.

Este no es su primer hombre de ciencia, ¿verdad? Recuerdo al profesor de psicología de 'El estigma del mal'…

Y, bueno, en 'Chernobyl' fui el físico nuclear Valery Legasov. También he hecho de Moriarty [en 'Sherlock Holmes: Juego de sombras'], otro profesor. Es cierto que suelen llamarme para hacer de inteligente [sonríe maliciosamente].  

La obra de Asimov todavía resulta relevante por muchos motivos, entre ellos por funcionar todavía como metáfora de mil cosas. ¿Se queda con una lectura en concreto? 

Como toda la buena ciencia ficción, la saga 'Fundación' opera a varios niveles a la vez. Es una aventura épica realmente entretenida a la vez que un comentario sobre los tiempos en que la historia fue escrita. Y puedes hacer analogías también con problemas actuales, como los de esos científicos que llevan treinta años advirtiendo sobre cambios cataclísmicos sin que las estructuras de poder quieran escucharles. Otro problema parecido: cómo la gente responde o no responde a los consejos que nos ofrecen con relación a la pandemia. Y así con muchos otros temas. Por desgracia, nada de esto es nuevo: a la humanidad le resulta muy difícil aceptar consejos incómodos, y sobre todo, a la gente que tiene el poder. 

'Foundation' transforma esa galaxia imposible y vasta en algo táctil y creíble. ¿Le sorprendió la magnífica fisicidad del proyecto? 

La fisicidad no me sorprendió. Ya se dejaba muy clara en los guiones. Pero es cierto que me asombró hasta qué punto se ha conseguido. He visto los ocho primeros episodios y el resultado es espectacular. Todo un viaje épico a través del espacio y los rincones recónditos de la galaxia. Es un logro tremendo, realmente tremendo. No sé qué pensara el público, pero todo lo que David se propuso ha quedado plasmado en la pantalla. 

A la humanidad le resulta muy difícil aceptar consejos incómodos; sobre todo, a la gente que tiene el poder

Usted ya está familiarizado con las grandes producciones para la supuesta pequeña pantalla. Fue el rey Jorge VI en 'The Crown' y el Capitán Francis Crozier en 'The Terror'. ¿Queda alguna diferencia entre rodar para el cine y hacerlo para una plataforma o una cadena de cable?

Estamos realmente en una nueva era. Ahora mismo existe muy poca diferencia entre los valores de producción de una película y los que puede tener una serie de… Iba a decir televisión, pero ni siquiera puedes llamarlo eso. 'Historias serializadas', si quieres llamarlo así. El listón está altísimo ahora mismo. La gente ya ha empezado a ver los grandes estrenos de cine directamente en sus casas, y si quieres competir con esas películas, no puedes darles algo que esté por debajo. Creo que la serie puede volarte la cabeza si la ves en una pantalla grande.

¿Cómo de grande es su pantalla de casa?

¡Tengo una pantalla de dos metros de alto! Es más grande que la de algunos cines a los que he ido a parar.

Durante bastante tiempo, fue uno de esos brillantes actores cuya cara todos conocen, pero de los que pocos saben el nombre. ¿Recuerda en qué momento la gente empezó a señalarle por la calle y decir 'hey, ahí va Jared Harris'? ¿Cuándo se produjo el cambio?

No hubo un momento concreto. Fue algo muy gradual. Ha sido más la acumulación de varios trabajos. Obviamente, 'Mad Men', 'The Crown', 'Sherlock Holmes: Juego de sombras'… Después 'The Terror' y 'Chernobyl'… Todo eso se ha sumado hasta alcanzar una masa crítica. No sabría decir cuándo se produjo el giro. En el aeropuerto, la gente me grita ¡'Resident evil'!, o ¡'Mr. Deeds'!, o ¡'La gran caída de Igby'! Cada persona me recuerda por algo diferente.

Aunque es reconocido como uno de los grandes rostros de las series de prestigio, también ha trabajado con un puñado de prestigiosos cineastas. ¿Qué supuso para usted ser fichado como el Capitán Mike en 'El curioso caso de Benjamin Button', de David Fincher? Al parecer nunca creyó que fueran a quererle. 

Si tuviera que señalar puntos y aparte en mi carrera, ese sería, de hecho, uno de ellos. El primero fue entrar en el Public Theatre de Nueva York para 'Enrique V', partes 1 y 2. Después de aquello, 'Yo disparé a Andy Warhol' [en la que fue el propio Warhol]. Pero 'Benjamin Button' fue capital. Era una gran película de estudio y tenía un papel importante en ella. Matthew Weiner la vio y por eso le interesó verme para 'Mad Men'. Y fue en esta serie en la que me vieron tanto los productores de 'Sherlock Holmes' como Spielberg, quien me fichó como Ulysses S. Grant de 'Lincoln'. 

No puedo dejar de preguntarle por 'Certain women'. ¿Cómo es trabajar en una película de la gran Kelly Reichardt? 

Es una cineasta maravillosa. Forma parte de una especie en extinción: está dedicada en cuerpo y alma a la supervivencia del cine independiente. Me gusta de sus películas que siempre hay un cierto elemento surrealista y que, en realidad, no son en absoluto ajenas al humor. Volvería a trabajar con ella sin pensármelo, en cualquier proyecto que saliera.

En los últimos años tampoco ha tenido muchas oportunidades para trabajar el humor. De hecho, dos de sus mejores personajes recientes se quitan la vida. Y Hari Seldon es consciente de la inminencia de su propia muerte. ¿Por qué nadie le deja tener una vida larga y saludable en la pantalla? 

Una buena escena de muerte es muy útil. Si sucede en el momento correcto, en la historia correcta, la gente hablará mucho sobre ti. Pero cuando pasa en una serie, también resulta un poco fastidio, porque significa que has de ponerte a buscar trabajo otra vez. 

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