Nueva serie

Crítica de 'The one': a la felicidad por la genética

Lo nuevo del creador de 'Misfits' llega a Netflix como una mezcla de drama e intriga en torno a una empresa de emparejamiento por ADN 

'The one'

'The one' / Netflix

Juan Manuel Freire

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En noviembre del año pasado nos llegaba 'Soulmates', interesante antología de historias de amor y ciencia ficción en torno a una tecnología que, en un futuro tampoco tan lejano, nos daría la oportunidad de conocer a nuestra alma gemela a través de una prueba científica. Lo que hacía la compañía Soul Connex era buscar cierta partícula imaginaria, la Partícula de Alma, en la base de la córnea de nuestro ojo izquierdo. Cada partícula tiene su propia frecuencia, una que, en principio, comparten solo dos personas en el mundo. Solo has de esperar a que tu pareja ideal se haga también la prueba para lograr el 'match' de tu vida.

Algunos espectadores de 'Soulmates' apuntaron en su día hacia los sospechosos parecidos de Soul Connex con la compañía en el centro de 'Eres tú (The one)', novela de John Marrs publicado hace cuatro años. La tecnología de la web de citas The One, con sede en Londres, es menos alambicada –se basa en el ADN y basta con que envíes un mechón de pelo por correo–, pero la idea central de ambas historias es la misma: una tecnología científicamente probada ejerce como casamentera definitiva. También en ambos casos, este milagro disruptivo ha acabado con las nociones tradicionales del amor romántico y disparado los diálogos incómodos en alcobas alrededor del mundo.

Como en 'Soulmates', aquí se explican, pero de forma serializada, las historias de varias parejas afectadas o generadas por la irrupción de la nueva magia amorosa: a lo largo de los ocho episodios seguimos las tramas personales de Hannah (Lois Chimimba) y su marido Mark (Eric Kofi-Abrefa), envueltos en un extraño triángulo que atraerá a quienes disfrutaran de 'Detrás de sus ojos', o Kate (Zoë Tapper) y la salada barcelonesa Sofía (Jana Pérez), que llega a Londres con una mochila cargada de trauma. Mark, periodista 'freelance' sin espacio de trabajo, y Kate, inspectora de policía, están investigando a la cofundadora y consejera delegada de The One, la implacable Rebecca Webb (Hannah Ware), quien creó la empresa con artes dudosas tras descubrir una forma científica de encontrar los emparejamientos. En las citadas historias personales se entrecruza un misterio de asesinato desdoblado en intriga corporativa.

'The one' ha sido creada y escrita por Howard Overman, polifacético guionista británico al que se conoce sobre todo por 'Misfits', aquella serie de culto sobre unos jóvenes problemáticos, antisociales, convertidos sin querer en los superhéroes más reales del mundo. Aunque la ciencia ficción no se explora a fondo, Overman vuelve aquí a manejar ideas fantásticas en un entorno lo más realista posible, ya sea por convicción conceptual o por cuestiones de presupuesto. De hecho, la serie está a menudo filmada de forma casi naturalista, con la cámara al hombro como técnica principal. En algunas ocasiones se opta, eso sí, por breves montajes poéticos al estilo de Terrence Malick o flashbacks en forma de inserto visceral que son puro Jean-Marc Vallée ('Big little lies', 'Heridas abiertas').

Tanto la citada 'Soulmates' como 'Black mirror' han contado historias similares con mayores economía narrativa y empaque formal, pero mientras no haya nuevas entregas de dichas series, 'The one' sirve como placebo. Sus responsables parecen ambicionar algo complejo y alargado en el tiempo: algunas tramas quedan abiertas de cara a una posible segunda temporada.

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