ACONTECIMIENTO AUDIOVISUAL

Crítica de 'The mandalorian': la saga 'Star Wars' vuelve a brillar

Cuatro preestrena hoy la esperada serie, un neo-wéstern conducido con mano firme por Jon Favreau que llegará el martes a Disney+

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Juan Manuel Freire

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Algún día se estudiará a fondo el papel de Jon Favreau en la evolución del entretenimiento moderno: quien fuera epítome del cine 'indie' (por ejemplo, escribió y coprotagonizó 'Swingers') acabó dirigiendo la película que dio el pistoletazo de salida al Universo Cinematográfico de Marvel ('Iron Man', en el 2008), explorando nuevas tecnologías para rodar 'remakes' en imagen real (o fotorrealista) de clásicos Disney, y sacando a la saga 'Star wars' de cierto descrédito creativo. 

Esto último lo ha conseguido escribiendo 'The mandalorian', serie ariete de Disney+, la plataforma que el martes, día 24, llega a España para salvar a familias confinadas con su contenido infinito. Bueno, infinito hasta cierto punto. De la serie de Favreau solo se podrán ver dos de sus ocho episodios; el resto llegarán semanalmente cada viernes. Hoy viernes, día 20, a las 22.00 h., Cuatro preestrena el primero para los más impacientes… o más legales.

¿Qué partes de la saga conviene repasar para entender esta? Ninguna. Ese es uno de sus aciertos: la presentación de una historia lógica, simple y fácil de seguir, dividida además en las porciones adecuadas para hacer satisfactorio cada episodio. No haremos grandes 'spoilers' si decimos que la historia gira, inicialmente, en torno a una pequeña criatura de 50 años llamada, digan lo que digan, Baby Yoda, y el cazarrecompensas (Pedro Pascal atrapado en un casco) que trata de localizar a ese ser adorable por encargo de… Werner Herzog, es decir, El Cliente. Para devotos de cronologías, un apunte: la serie sucede cinco años después de la caída del Imperio y veinticinco antes del ascenso del Primer Orden, el régimen autoritario que controla la galaxia al empezar 'El despertar de la Fuerza'.

¿Qué tiene 'The mandalorian' que no tenga, digamos, 'El ascenso de Skywalker'? Pues mil cosas, dejando a un lado esa trama sencilla a la par que adictiva. La narrativa visual gana a la cháchara insignificante: el mandaloriano, Mando para los amigos, es tan de pocas palabras como John Wick. La acción es casi constante: solo en el primer episodio asistimos a una pelea en una cantina, el espectacular asalto de un monstruo de los hielos a la Razor Crest (la nave militar del prota) y un tiroteo dirimido por el tremendo droide asesino IG-11. A nivel de estética e iconografía, la serie significa un regreso a la galaxia de 'Una nueva esperanza' y en particular a aquel primer acto en Tatooine. Esa enorme banda sonora firmada por Ludwig Göransson ('Black Panther') refuerza, con sus aromas de Morricone tecnificado, la sensación de estar ante todo un neo-wéstern.

¿Y qué decir de esas ilustraciones al estilo <strong>Ralph McQuarrie</strong> que ilustran los créditos finales de cada episodio? Sin desviarse de las esencias originales, o lo que es lo mismo, sin inventar gran cosa, pero potenciando la elegancia y la simplicidad, Favreau ha conseguido que 'Star wars' vuelva a molar. Algunos ya esperan la segunda temporada de 'The mandalorian' con más ansiedad que cualquier secuela cinematográfica.