Se despide tras 25 años Aleix Perarnau, mítico barman de Santa Coloma: "Este final es un nuevo principio"

Con el fin del pasado año puse fin a una etapa de 25 años en la que tuve el honor (y a veces el placer) de estar al frente del bar Línea Uno de Santa Coloma de Gramenet. 25 años desde que tomé el relevo del maestro Pepe Rider y de los que dejo un legado de casi 1.400 conciertos, además de un sinfín de otras actividades culturales de todo tipo.

Reseño esto no solo para darme lustre (que también) sino para que se hagan ustedes una idea de la idiosincrasia del lugar, que desde sus inicios, allá en 1983, apostó por una forma muy peculiar de ocio que se extendió bastante más allá del ámbito nocturno que le es propio.

Resulta obvio que semejante entelequia no se puede llevar a cabo en solitario: han sido muchísimas las personas y entidades que han invertido (y siguen invirtiendo) sus esfuerzos en el proyecto. A todas ellas, mi más sincero agradecimiento.

Es justo también que les diga que en todo este tiempo me he relacionado con todo tipo de mamarrachos: allá ellos con su vida. Asimismo, he acumulado (y también, a veces, perdido) por el camino amigos, amiguetes, conocidos y saludados, pero también un número nada despreciable de personas a las que me siento orgulloso de poder llamar 'familia', porque en el fondo eso hemos sido los parroquianos y personal del local (a veces hermanos y a veces 'cuñaos', tampoco les mentiré). A todas ellas, un pedazo de mi corazón: sé que ellas me llevan en el suyo.

Yo cedo el testigo pero la iniciativa sigue, aunque necesariamente distinta y así tiene que ser. No estaré al frente, estaré a su lado. Aprovecho el espacio para rogarles que apoyen este tipo de proyectos y a los artistas locales, este tipo de carreras no empiezan en un estadio ni deberían empezar en un falso concurso que no es más que un 'reality': siempre sale más barato ver a un artista en un pequeño local que en un macrofestival, y encima es más cómodo.

En fin, como dice la canción, todo tiene su fin. Pero a veces ese final es un nuevo principio: el 'show' continúa y yo reitero mi orgullo por el trabajo hecho y mi agradecimiento a los compañeros de viaje y por las muestras de cariño recibidas, principalmente en los últimos tiempos. Aunque, tampoco les voy a engañar, a mí esto me hubiera gustado hacerlo por dinero.