SANT MARTÍ

Amadou Bocar Sam: "Si la gente sabe con quién convive, se reduce el miedo"

El técnico de acción comunitaria de Sant Martí ha recibido la Medalla d'Or al Mèrit Cívic del ayuntamiento por su labor con los emigrantes

Amadou Bocar Sam, en una ventana de la fundación Cepaim.

Amadou Bocar Sam, en una ventana de la fundación Cepaim.

FELIPE VALENZUELA

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Cuando Amadou Bocar Sam (Senegal, 1961) llegó a España hace 25 años se ganaba la vida trabajando de lo que podía. Ahora es técnico de acción comunitaria del barrio del Besòs, presidente de la Coordinadora d'Associacions Senegaleses de Catalunya, y su labor con los emigrantes ha hecho que le hayan otorgado la Medalla d'Or al Mèrit Cívic del ayuntamiento.

-Todo un reconocimiento.

-La medalla va para todas las personas emigradas, para el trabajo que se ha hecho estos años y, sobre todo, para la comunidad de senegaleses y africanos. Una sola persona no puede hacer los cambios. Es un trabajo en equipo, de toda la ciudadanía.

-¿De qué se encarga un técnico de acción comunitaria?

-Trabajo la cohesión social en el Besòs con la fundación Cepaim. Favorecemos la convivencia a través de actividades como exposiciones sobre mezquitas e iglesias ortodoxas, y también charlas sobre el islam como religión de paz después de los atentados del 17 de agosto. Si la gente conoce las culturas y sabe con quién convive, se reduce el miedo.

-¿Por qué en el Besòs?

-Por su variedad cultural. Después de los desalojos de las naves del Poblenou muchísimos senegaleses se instalaron en el barrio, donde ya había varias culturas a parte de la africana. Nosotros trabajamos todo el proceso comunitario, codo a codo con centros cívicos, casals y asociaciones de vecinos para facilitar la cohesión.

-También ayudan a las personas emigradas cuando llegan.

-Les guiamos para buscar alojamiento, para conseguir el empadronamiento, el pasaporte y la tarjeta sanitaria. Con tantas trabas es difícil, pero solo ayudamos con los trámites, no podemos hacer el trabajo del Gobierno central.

-Usted conoce de primera mano lo duro que es llegar a un país diferente.

-Cuando llegué a España no tenía papeles ni trabajo, así que me busqué la vida de vendedor ambulante. Con los años ahorré y me pagué un máster en Cooperación al Desarrollo Sostenible. Me lo saqué vendiendo por la mañana y estudiando por la tarde.

-¿Con qué se topan los inmigrantes nada más llegar?

-Al llegar se dan cuenta de que sus sueños no son suficientes. Por eso es importante buscar la manera de formar parte de la diversidad de la ciudad. Yo soy quien soy por una parte personal, pero también por todo lo que me rodea.