Autor de 'La germandat de l'Àngel Caigut'

Jaume Clotet: “La literatura catalana debe abarcar todos los géneros para culminar su potencial”

Jaume Clotet explora la naturaleza del mal en el 'thriller' histórico 'La Germandat de l'Àngel Caigut'

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Jaume Clotet, en el claustro de la Basílica de la Concepción de Barcelona

Jaume Clotet, en el claustro de la Basílica de la Concepción de Barcelona / Jordi Cotrina

Carol Álvarez

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Jaume Clotet, como la mayoría de escritores con libro en estas fechas, vive días muy ajetreados de librería en librería con actos de promoción. Para esta entrevista quedamos en la terraza de la librería Laie de Barcelona, en un patio de manzana tranquilo por las mañanas, rodeado de grandes plantas y con la visita inesperada de un mirlo.

Clotet está embarcado en una gira de presentaciones de su última novela, ‘La germandat de l’àngel caigut’, que se hizo con el Premi Josep Pla 2024. La historia relata los esfuerzos por proteger un formidable secreto a lo largo de varios momentos históricos desde la caída del reino de Jerusalén, la Roma de los Borgia o el fin de la Alemania nazi, en una misión que recae en un monje de Montserrat y una mossa d’Esquadra en la Barcelona de hoy en día.

De dónde nace la idea de hacer esta novela?

Yo ya había escrito otras novelas históricas, [Lliures o morts’ y ‘El càtar proscrit’, premio Néstor Luján] así que para mi nuevo libro puse en un papel cuatro ideas distintas. La que dio pie a ‘La germandat de l’Àngel Caigut’ era la cuarta, y la idea la encabezaba una frase: “yo esto no soy capaz de hacerlo”. Las otras tres eran tramas históricas, pero esta era de un género que cuesta calificar, no me veía capaz de desarrollarla. Al empezar a escribirla me lo tomé como un reto. Toda esa pátina fantástica y de thriller convierten la novela en un vehículo de entretenimiento, para pasarlo bien, pura evasión. Si hay gente que a partir de la novela descubre curiosidades o hechos históricos, mejor que mejor.

Igual que recoges hechos históricos, la Hermandad que da título a la novela no existe.

Bueno, tal y como la describo espero que sea inventada, sí. Pero hay gente que se dedica a hacer exorcismos, es un mundo misterioso que también me ha inspirado. Que existan personas que trabajan en la actualidad en un campo tan extraño abre muchos interrogantes, no me extrañaría que existiera alguna organización de este tipo. Uno de los pocos casos de exposición pública del diablo lo encuentras en el parque el Retiro, en Madrid. La ciudad tiene una rara estatua, dedicada al Ángel Caído, a exactamente 666 metros del nivel del mar. Por su rareza llama la atención, apenas hay monumentos de estas características en el mundo.

¿Y cómo encajan los elementos fantásticos en la novela?

La verdad es que es son elementos que conocemos, de nuestra tradición, lugares comunes, como la lanza del destino o el santo grial. ¿quién no ha oído hablar de ellos?. No es alta fantasía como Tolkien, que se inventó todo un mundo, sino que busca más ajustarse hechos más verosímiles, en la línea de grandes clásicos como 'Drácula' o 'Frankenstein'.

La montaña de Montserrat es un escenario clave.

Sí. Fui expresamente a la montaña y su monasterio para ser muy preciso, su recinto, sus habitaciones o el mismo comedor de la residencia, el entorno, tenía que transmitir la máxima veracidad. A la vez es un símbolo no solo para los catalanes, una montaña con un gran magnetismo, mágica. 

Para ti era importante que la novela se desarrollase en Catalunya.

Totalmente. Podía haber elegido situar la novela en Tokio o en Nueva York, pero construí una historia que sucediera en Catalunya, para lectores que pudieran reconocerse en sus páginas, y con otra idea muy clara, que incluyera muchos momentos de nuestra tradición cultural, de manera que dieran el punto de verosimilitud que necesitaba el argumento.

Es una apuesta poco habitual en catalán.

La literatura catalana o toca todos los géneros o no desplegará todo su potencial. La narrativa fantástica no es un terreno muy abonado, en Catalunya tenemos una tradición más clásica. Hace unos días me contaron que ‘La germandat de l’Àngel Caigut’ era el único libro en catalán en la librería de la estación de Sants. Los catalanes podemos escribir de estos géneros, y no solo leerlos traducidos. Si funciona Dan Brown, ¿por qué no podemos cultivar aquí literatura de ese género?. No tenemos literatura romántica catalana, apenas, y eso también es un error. Por eso creo que ‘La germandat de l’Àngel Caigut’ es una novela patriótica, porque va a buscar todos los públicos, incluso aquellos que se consideran poco lectores, pero que pueden encontrar en sus personajes y sus dilemas motivos para engancharse a la lectura, y eso es un objetivo de país.

Algunos episodios que recoges son apasionantes, se remontan a la primera cristiandad, como el reino latino de Jerusalén y la caída de Acra en 1291, pero también historias con fuerte carga mítica como la de la masacre de la legión tebana, el origen de la Guardia Suiza del Vaticano o la visita de Himmler a Montserrat.

Me gustaba la idea de que la novela tuviera elementos tan atractivos y reconocibles a la vez, capítulos de nuestra historia muy llamativos que podían conectar con el lector, que querría saber más de ellos o incluso descubrirlos, me interesa mucho.

La novela gira en torno a la maldad hasta el punto de que se convierte en la protagonista.

No era la protagonista inicial, es curioso, fue creciendo hasta apoderarse de la trama. La maldad es un tema que me interesa mucho, y es por eso el hilo conductor de la acción de los personajes que viven momentos trepidantes en esa misión que tienen que cumplir. El protagonista, el monje Bernat, responde más a la idea del protagonista involuntario de la historia, que se encuentra con obstáculos que no esperaba y que le van condicionando sus pasos. A todos nos lleva la vida a tomar decisiones inesperadas, y eso es algo que nos hace identificarnos con Bernat  o la misma Berta, la mossa que empezó estudiando Derecho y tiene una vida personal que ha pasado una crisis.

El mal realmente es seductor.

Me interesa más el universo del mal que el del bien, la moralidad. Ser buena persona comporta una rutina, es más fácil ser mala persona que ser buena, pensar solo en ti sin pensar en si perjudicas a los otros. Hacer el bien requiere disciplina, la bondad requiere un esfuerzo. Fíjate que hasta reciclar supone un esfuerzo. Eso quizá es una de las principales cosas que nos diferencian de los animales. Y dentro de cada uno de nosotros hay un pequeño demonio. Todos hacemos cosas que no están bien, unos defraudan a Hacienda, otros desean el mal a gente de su entorno, abundan los maltratadores. 

El ritmo de la historia es también endiablado, muy de película.

El motor narrativo es audiovisual, sí, porque tengo muy marcada la cultura audiovisual, me gustan las películas, las series. Pero sobre todo es periodístico: no pongo nada que sobre, no sé escribir de forma barroca, por mi formación como periodista me ahorro descripciones que no aporten nada, y cada capítulo deja en suspenso la historia para que quieras seguir, incluso el final abierto. Nuestra sociedad ha cultivado un pensamiento serializado, por eso el ritmo. Fíjate en el éxito de ‘BlackWater’, la saga de novelas cortas que se publican cada 15 días que está arrasando entre los lectores. Un ‘Blackwater’ de 1.200 páginas no nos lo leeríamos, pero dosificado en distintas semanas, sí. Es la lectura rápida, la atención concentrada en 25 minutos, como hacen muchas series, lo que nos atrapa.

Tú mismo creas ese efecto en tu novela cuando introduces episodios históricos de apenas unas páginas, autoconclusivos, en la trama principal.

Sí, exactamente. 

Desde que te concedieron el premio, este mes de enero, el libro ha tenido una buena andadura.

Ya lleva tres ediciones, estoy muy agradecido por el recibimiento que ha tenido entre lectores y sobre todo las librerías, que son las que dinamizan la cultura en tantas y tantas localidades. Tenemos que cuidar más a los libreros, están muy comprometidos con hacer llegar a todas partes la experiencia lectora, el amor a los libros. 

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