La cara oculta de la pandemia

Los médicos esperan un pico de covid persistente después del verano

Cada ola incrementa el número de contagiados que siguen con síntomas, como mínimo, tres meses después pese a haber superado la enfermedad

Un 10% de los jóvenes que ahora se infectan acabarán desarrollando una dolencia para la que aún no hay tratamiento ni cura

Discoteca

Discoteca / Jordi Otix

Beatriz Pérez

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Esta quinta ola pandémica, que está afectando fundamentalmente a jóvenes sin vacunar, aumentará el número de pacientes con covid persistente. La mayoría de estos nuevos enfermos serán jóvenes. "Nos tememos que, después del verano, tendremos un pico de incidencia de covid persistente", augura la pediatra María Méndez, coordinadora de la unidad pediátrica de covid persistente del Hospital Germans Trias i Pujol (Can Ruti), en Badalona, que atiende ya a 100 pacientes menores de edad. En Catalunya, el Col.lectiu d'Afectades i Afectats Persistents per la Covid-19 ya cuenta con unas 1.900 personas de todas las edades. El pasado febrero eran 1.500, lo que refleja el aumento. Y habrá más.

La mayoría de los pacientes con un covid-19 leve se recuperan pasadas dos semanas. Sin embargo, hay un 10% que continúan teniendo síntomas, como mínimo, tres meses después. A partir ahí, los médicos los consideran enfermos de covid persistente (o 'long covid', en la literatura científica anglosajona): personas que, pese a que las pruebas de coronavirus ya dan negativo y no hay restos del virus, continúan sufriendo síntomas como fatiga, disnea (o dificultad respiratoria), dolores torácicos y de cabeza o niebla mental. Muchos llevan así desde la primera ola: más de un año.

Ni los niños ni los jóvenes escapan de esta enfermedad. Méndez explica que los síntomas del covid persistente en los menores son "idénticos" que en los adultos. Entre los menores, la mayoría de los afectados, dice, son adolescentes. Aunque hay niños de cinco años afectados, la franja más frecuente en esta unidad de Can Ruti es la de 12 a 18. Todos han pasado un covid leve o incluso "sin síntomas". "Muchos padres dicen: 'Antes tenía un adolescente en casa y ahora tengo un abuelito'. Con toda la repercusión que tiene sufrir cansancio o fatiga mental en pleno desarrollo académico", añade la pediatra.

Sin tratamiento

Debido al gran desconocimiento en torno a él, el covid persistente no tiene tratamiento. Los médicos, de momento, no pueden hacer mucho más que trabajar con el paciente para superar la fatiga física y mental que lo incapacita para tener una vida normal. Son programas de rehabilitación física y neurocognitiva.

El 80% de los niños con covid persistente sufren una fatiga que afecta a su rendimiento escolar

Aunque los síntomas son variables, el 80% de los menores con covid persistente sufren fatiga. A algunos los incapacita para ir al colegio, a otros no. Otros solo pueden ir a la mitad de las clases. Un 50% han dejado las extraescolares. "Otro síntoma es la niebla mental: el 70% de ellos han tenido una disminución en el rendimiento académico. También tienen dolores de cabeza, taquicardias, palpitaciones…", dice Méndez, que reconoce estar "muy preocupada" por esos jóvenes que frivolizan con el virus. "Si supieran que un porcentaje de ellos tendrá covid persistente, irían con más prudencia porque esto les amarga la vida".

Sin financiación

Los médicos buscan ahora financiación para poder investigar esta enfermedad. "Países como EEUU están invirtiendo 1,5 billones de euros en la investigación del covid persistente: se han dado cuenta de que es un problema importante. En España y Catalunya, a día de hoy, se invierte poco en investigación", denuncia por su parte Lourdes Mateu, coordinadora de la unidad de covid persistente para adultos de Can Ruti e investigadora de la Fundació Lluita Contra la Sida. El covid persistente genera costes económicos a los países; investigarlo resulta fundamental.

El covid persistente genera costes económicos a los países; investigarlo es fundamental

"Los pacientes siguen aumentando. El grueso de los que tenemos ahora son de la primera ola, pero también tenemos de la segunda y de la tercera. Un 70% de los covid persistente no ha necesitado de ingreso hospitalario", certifica Mateu. En su unidad, que atiende a unas 300 personas, hay jóvenes mayores de 18 años. La edad media es de 45 años. "Pero también tenemos pacientes de menos de 30 años".

Sin cura (de momento)

Lo más doloroso es no saber si esta dolencia tiene cura. "Hay pacientes que tienen brotes; otros, una clínica más continua. Sí que hay un porcentaje que está mejorando, pero no todos", cuenta la doctora Mateu. Algunos incluso mejoran con la vacuna del covid-19, pero otros no. "Faltan estudios serios sobre la enfermedad". Y, como su colega Méndez, augura un aumento de enfermos en esta quinta ola: "El número de afectados será muy grande, se incrementarán los casos".

El Col.lectiu d'Afectades i Afectats Persistents per la Covid-19 recibe ya unos "cinco o seis correos diarios" de pacientes nuevos. "Hay más gente joven. Vienen los padres porque no entienden por qué sus hijos están tan cansados", asegura la portavoz, Sílvia Soler. "Cada ola trae más gente al colectivo", advierte. El correo electrónico de esta entidad es: simplleusabandonatscovid19@gmail.com.

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