APUESTAS 'ONLINE'

Los menores ludópatas pasan entre dos y tres horas al día en internet

Un internauta navega por varias webs de apuestas deportivas.

Un internauta navega por varias webs de apuestas deportivas.

Beatriz Pérez

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Internet se ha fusionado con el mundo real en todas las actividades de entretenimiento. A través de las 'app', las páginas web y las redes sociales, niños y adolescentes encuentran una puerta de entrada a la ludopatía, considerada una adicción no tóxica. Desde 1980, la Sociedad Americana de Psiquiatría la reconoce como un "trastorno psicológico" en el Manual de diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-III).

"Estamos viendo que cada vez hay más niños adictos a las apuestas deportivas 'online'", señala Eva Varela, psiquiatra de la Unidad de Conductas Adictivas del Servicio de Psiquiatría y Psicología Infanto-Juvenil del Hospital Clínic de Barcelona. A nivel estatal, las cifras de prevalencia de menores con algún problema de juego u otras adicciones comportamentales (como internet o los videojuegos) es de entre el 5% y el 10%. El perfil más habitual del menor ludópata: adolescente "muy impulsivo", entre los 15 y los 17 años, con una necesidad de "búsqueda de sensaciones" y dificultades para "gestionar emociones". Existen, como explica Varela, otros factores que contribuyen a la adicción: la "presión de grupo", por ejemplo, y también la "baja supervisión" y el "poco control" de uso del móvil por parte de los padres.

Además, también influye la edad de inicio: "Cuanto antes empieza el adolescente a jugar, mayor riesgo hay de que desarrolle un trastorno", expresa la psiquiatra, quien señala la fácil "accesibilidad" que tienen los menores para jugar a este tipo de apuestas 'online', puesto que, aunque deben introducir el DNI, no se les exige una acreditación real. En este sentido, aboga por que, desde el punto de vista de las administraciones públicas, se cumpla la ley para proteger a los menores de las apuestas deportivas 'online'.

"Como sucede con el tabaco y el alcohol. Porque, aunque la ley diga que los menores no pueden tener acceso a las apuestas 'online', la mayoría de los adolescentes reconocen que han jugado". Varela menciona una reciente encuesta europea en la que el 60% de los adolescentes españoles reconocían haber jugado alguna vez, en el último año, a alguna de estas apuestas.

Entre dos y tres horas diarias de internet

Aunque en España el juego en línea está prohibido a menores, el estudio 'Perfil de los adolescentes jugadores de azar a través de internet', coordinado por los profesores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Irene Montiel y José Ramón Ubieto, refleja que casi un 20% de los adolescentes encuestados había apostado en línea antes de la mayoría de edad y una parte importante lo hacía habitualmente con el riesgo de adquirir una adicción. Según sostiene Montiel, el jugador habitual adolescente que apuesta 'online' pasa de media en internet entre 2,2 y 3,5 horas al día. 

Aunque parece obvio que el dinero es un elemento clave para el juego, Montiel considera que no es un criterio necesario para desarrollar problemas patológicos con el juego ni para diagnosticarlos. De hecho, muchos de los adolescentes jugadores en línea suelen empezar con páginas de juego gratuitas o de prácticas, que es, según esta experta, un potente licitador de la conducta de juego que facilita el desarrollo de conductas patológicas.

A los menores les resulta fácil engancharse a las apuestas deportivas 'online' por varios motivos. El primero de ellos, como relata la doctora Varela, es el "refuerzo inmediato", esto es, la rápida recepción del premio. Y también, apunta esta psiquiatra del Clínic, el hecho de que en los anuncios de juego online aparezcan "figuras referentes", como futbolistas como Neymar (en Betfair, compañía de apuestas en línea) o Cristiano Ronaldo (en Pokerstars, la compañía de póker 'online' más grande del mundo). Funcionan como atractivo que hace que a los menores les resulte más fácil engancharse.

Cuando llega un menor con problemas de juego (no todos cumplen después el diagnóstico de ludopatía) a la Unidad de Conductas Adictivas del Servicio de Psiquiatría y Psicología Infanto-Juvenil del Hospital Clínic  de Barcelona, lo primero que se le hace es una evaluación psicopatológica. "Muchos tienen también otra problemática, como ansiedad social, trastorno por déficit de atención e hiperactividad, consumo de sustancias o problemas de conducta. Después abordamos su ludopatía, y aquí la familia es fundamental: deben seguir en casa las pautas que les damos", señala Varela.

Así, el tratamiento debe seguirlo tanto el paciente como la familia, limitándole el uso del móvil al menor, haciendo que lo utilice en espacios comunes y no encerrado en su habitación o supervisando el historial web. "Los hijos deben tener el mensaje de que los padres deben controlar de vez en cuando sus móviles", concluye.