REVISAR LA VISIÓN INFANTIL

Cómo prevenir la miopía infantil en la era de las pantallas: más aire libre

El 30% del fracaso escolar puede deberse a problemas de visión que revisiones periódicas evitarían.

El doctor Rodolfo Miranda, en una revisión ocular infantil en Sant Joan de Déu.

El doctor Rodolfo Miranda, en una revisión ocular infantil en Sant Joan de Déu. / DANNY CAMINAL

Carme Escales

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Todos nacemos hipermétropes, con unas 4 dioptrías en cada ojo. Pero a medida que el ojo se va desarrollando, el defecto se va corrigiendo. “El primer año de vida es cuando más se reducen esas cuatro dioptrías de hipermetropía con que nacemos, que no desaparecerán por completo hasta los 4 años de vida aproximadamente. Por ello, se puede realizar, y es aconsejable, una primera revisión al año de vida”, afirma el óptico optometrista del Hospital de Sant Joan de Déu Enrique Jiménez. Pero ni esa revisión ni tampoco otra anterior que sería idóneo llevar a cabo en el primer o segundo día de vida de un bebé, según defiende Jiménez, que ayudaría a descartar una anomalía mayor, no son contempladas en los protocolos de actuación hospitalarios ante la llegada al mundo de una criatura.

«Del mismo modo que solo nacer se comprueba con un diapasón el oído del bebé, también se podría confirmar si existe alguna primera alarma de anomalía en la vista», apunta Enrique Jiménez. «Es también una sencilla prueba con un oftalmoscopio que emite un haz de luz cuyo reflejo en cada uno de los ojos indica si todo es normal o no en ambos ojos». El especialista del Hospital de Sant Joan de Déu explica que solo con ello ya se podría detectar cualquier alarma de diversas patologías de retina o defectos refractivos elevados.

Pero dejando de lado esas posibles afectaciones mayores, de baja prevalencia, las revisiones oculares durante la infancia permiten prevenir lo que sí avanzan los especialistas en oftalmología que llegará a afectar en el 2050 a la mitad de la población mundial: la miopía. En la etapa infantil, muchos casos de miopía podrían evitarse, disminuirse o frenarse con controles periódicos. «Sin esos controles, muchos casos pasan desapercibidos durante años, puesto que los niños se acostumbran a la visión de sus ojos, sea buena o no tanto», precisa el doctor Jiménez. El director óptico de Cottet, Fabio Delgado, puntualiza que hasta un «30% de fracaso escolar podría tener su origen en un problema de visión que cualquier especialista de la visión podría detectar en un simple control rutinario».

Inicio entre los 6 y 9 años

El periodo en el que se inicia el aprendizaje de la lectura y la escritura es clave para detectar anomalías de la visión, no solo la falta de ella. Según señala el óptico Fabio Delgado, «puede detectarse un problema en la movilidad de las órbitas oculares  o en el sistema de enfoque. Puede incluso que la criatura lea correctamente, pero ¿sabemos si para ello está haciendo con su vista un esfuerzo superior al normal? Tal vez le esté costando mucho, y eso es lo que un especialista debe analizar y corregir, y cuanto antes se haga, más lenta será la progresión de la miopía».

El magnetismo de las tablets

También  aplicar cambios de hábitos en las dinámicas de estudio y entretenimiento pueden mejorar mucho la salud ocular y visión de niños y adolescentes. Los expertos en oftalmología apuntan a la necesidad de recuperar el tiempo de ocio al aire libre, en actividades deportivas o juegos a la intemperie que lleven a las criaturas a ejercitar la vista con luz natural y a lo largo de distancias superiores a las que la utilización de pantallas digitales, que durante tanto tiempo cada día tienen entre manos, los hipoteca.

"Que los niños pasen no más de media hora seguida al día con las tablets sería lo ideal”, indica el doctor Enrique Jiménez. 

Veinte centímetros de distancia es en la actualidad el radio de acción más común de la mayor parte de niños y adolescentes durante su tiempo libre. «Claro que la miopía que pueda derivarse de esa concentración de la visión tantas horas sobre pantallas digitales se corrige y a la larga se puede operar, pero cuando se acumulan más de cinco dioptrías se multiplican por 30 las posibilidades de sufrir, por ejemplo, un desprendimiento de retina u otras enfermedades como el glaucoma que pueden provocar ceguera», señala Fabio Delgado. «Y operarse a una cierta edad no evita ciertas enfermedades de la vista que pueden haberse ya desarrollado», añade el óptico de Cottet.

Por ello se insiste en los controles periódicos de la visión durante la infancia, además de su prevención. Según datos de la American Academy of Ophthalmology, en el 2050, el 49,8% de la población mundial será miope. Y se calcula que en la Europa del Oeste el porcentaje será superior a la mitad.

La miopía puede tener una causa congénita, llegar ya en el nacimiento. Si no, entre los 6 y los 20 años es cuando acostumbra a aparecer y desarrollarse, aumentando progresivamente. Lo ideal es realizar una exploración a los seis meses de vida y posteriormente una cada año, especialmente durante la etapa del desarrollo psicomotriz.

Sobre cuánto tiempo es recomendable que los niños pasen con la tablet, “no más de media hora seguida al día sería lo ideal”, indica el doctor Enrique Jiménez. Otra recomendación es descansar la vista durante unos cinco minutos cuando se realizan tareas de lectura o escritura, y enfocar algún objeto a más de cinco metros de distancia. Consultar cualquier duda al pediatra para que este pueda derivar al oftalmólogo sería la vía correcta. En cualquier caso, también se puede acudir a un centro de terapia visual homologado que a través del Col·legi Oficial d’Òptics Optometristes de Catalunya se puede localizar.

Síntomas para detectar miopía

<span lang="ES-TRAD">«<strong>Acercarse mucho a la lectura o a la televisión</strong>, o cerrar un poco los ojos buscando una mejor visión son los primeros síntomas que alertan de una posible falta de visión”, afirma el optometrista del Hospital de Sant Joan de Déu Enrique Jiménez. «Otra puede ser salir del colegio con <strong>dolor de cabeza,</strong> que podría ser causado por el sobreesfuerzo para enfocar la pizarra, por ejemplo. Si el dolor de cabeza continúa durante el fin de semana podría deberse a otra cosa», añade Jiménez. <strong>Que las criaturas tropiecen de manera habitual </strong>o incluso lleguen a caerse sería otro signo de aviso ante el cual convendría revisar la visión.</span>

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