Polémica por la serie de Netflix

'Mi reno de peluche' reabre el debate: anatomía del acosador

Diseccionamos las características psicológicas que llevan a esta conducta, y cómo hacerle frente

"Mi reno de peluche", basada -entre otras cuestiones- en un caso de acoso, da paso a una gran polémica

'Mi reno de peluche', la popular serie de Richard Gadd

'Mi reno de peluche', la popular serie de Richard Gadd / Netflix | DDG

Fidel Masreal

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Recibir miles de mails desafiantes. Centenares de mensajes en las redes sociales. Tener a tu acosadora sentada en la parada del autobús frente a tu casa. Verla en tu lugar de trabajo casi a diario. Recibir sus ataques feroces, verbales y físicos, cuando haces o dices lo que no quiere que hagas o digas o, sobre todo, cuando inicias una relación. Y, pese a todo ello, que la acosadora te de pena e incluso, cuando para, la eches de menos. Esto es lo que plantea, entre otras cuestiones íntimas, la serie 'Baby Reindeer' ('Mi reno de peluche'), que es uno de los éxitos de Netflix. Una serie basada en hechos reales... que la acosadora ha negado categóricamente, poco antes de que se descubriera que también acosó al hoy líder laborista británico. ¿Qué hacer cuando el acoso lo recibes tu?¿Por qué se comportan así estas personas?¿Están en pleno uso de sus facultades mentales? Analizamos las claves del acoso con un experto psiquiatra.

Saben lo que hacen

Saben lo que hacen

Lo primero que hay que aclarar, explica José Manuel Menchón, psiquiatra, senior docente del Hospital universitario de Bellvitge y profesor titular de la UB, es que no se trata de un Trastorno Obsesivo Compulsivo, más conocido como TOC.

"Se las llama obsesiones pero es una definición incorrecta, son pensamientos y conductas repetitivas durante el tiempo, pero no tienen las características de una obsesión, porque las personas con obsesiones no las reconocen, y en cambio en este caso existe un deseo", explica Menchón. Es importante subrayar algo, en palabras de Menchón: "No hay enajenación, saben lo que están haciendo, y saben que no es correcto pero están convencidos de que la otra persona les tiene que corresponder, por ejemplo". Se pierde la noción de la realidad en determinados casos concretos, de tipo delirante, cuando por ejemplo el acosador está convencido de que la pareja le está siendo infiel.

Diversas "motivaciones"

Diversas "motivaciones"

Existen diferentes tipos de acoso, según la motivación:

1.Erotomanía de Clérambault. Son personas que desarrollan una fijación hacia una persona famosa, sin tener relación previa con ella. Creen que el cantante o la actriz están enamorados secretamente de ellos. "Van haciendo acciones de aproximación -explica Menchón- para que la persona famosa responda y cuando esta lo hace con distancia y separándose del acosador, este reacciona muchas veces pasando a actitudes violentaspor venganza y resentimiento". Se calcula que el 10% de los acosadores son así. Clérambault es un reputado psiquiatra francés que vivió a caballo del siglo XIX y XX. escribió Les psychoses passionelles. Se suicidó a los 62 años.

2. Tras una relación, habitualmente de pareja, la ruptura genera que el acosador busque la reconciliación y, en caso de no conseguirla, opta por la venganza, asustando a la víctima, limitando su actividad habitual por miedo. Puede suceder también en caso de relaciones íntimas casuales o incluso sin relación previa, y se incluyen los casos de una relación profesional en la que el acosador se ha sentido maltratado, siente resentimiento y pretende causar miedo. "Son personalidades de tipo paranoide, personas que fácilmente desarrollan niveles altos de desconfianza y suspicacia, y que se sienten maltratados".

3. Trastornos límite de personalidad en los que predomina la intolerancia a la frustración, a la ruptura de relaciones. "Se caracterizan por una inestabilidad emocional, relaciones muy intensas y caóticas y mucho miedo al abandono", describe el psiquiatra.

4.Personalidades antisociales. "Creen que los demás tienen que estar a su servicio y desprecian los derechos de los demás", explica Menchón, que también incluye una característica: "Personalidades muy narcisistas que necesitan buscar la admiración de los demás".

¿El acosador lo pasa mal?

¿El acosador lo pasa mal?

"Las personas acosadoras saben que están teniendo una conducta inadecuada, lo pasan mal porque sus emociones son negativas, de resentimiento o frustración, pero no se trata de psicosis, salvo en casos concretos; por tanto, se trata de motivaciones como el resentimiento, la ira, la frustración", describe el especialista.

Es habitual que el acosador lo niegue todo. ¿Se enfrentan en algún momento con la realidad? "Hay de todo -relata Menchón-, pero cuando es muy evidente, la persona lo acaba aceptando".

Cómo tratarlos

Cómo tratarlos

"Cuando se intenta arreglar la situación de forma personalizada, es bueno acudir ante el acosador acompañado de alguien de confianza y a ser posible, conocido del acosador. Es útil también plantearle las consecuencias legales a las que se enfrentará si persiste en su actitud", recomienda Menchón. Y si no para, entonces se debe acudir a un abogado y a la policía. Pero siempre acompañados de alguien más.

Dar mensajes confusos al acosador no es una buena idea. "Si lo que busca es establecer una relación o reanudar una relación previa, lo va a interpretar facilmente como que la víctima también quiere, por lo que es importante que el mensaje que reciba sea claro y siempre acompañado de otra persona", insiste el psiquiatra.

Qué tratamiento necesitan

Qué tratamiento necesitan

"El tratamiento depende del problema o trastorno subyacente. En general, la psicoterapia puede ser útil, tanto la modalidad cognitiva como la comportamental, pero es preciso que la persona acepte el problema y esté dispuesto a mejorar", describe Menchón. Y es que, en efecto, el problema de entrada es que acepten el tratamiento.

A menudo acuden una sola vez, empujados por un familiar, a la consulta. Si se trata de una obligación legal tras una sentencia, entonces asumen su situación y aceptan ser tratados. Pero eso sucede tras más de dos años de acoso, según las estadísticas. Incluso un 10% persisten durante diez años. En función de cada problema subyacente se puede acompañar la terapia con fármacos antipsicóticos o antidepresivos, u otros.