SENSIBILIZACIÓN SOCIAL

Los "bichos raros" se rebelan contra el estigma

Campaña contra la discriminación por género a las personas con trastornos mentales

Los hombres "no lloran", las mujeres "son unas histéricas" y el colectivo LGTBI se siente doblemente atrapado

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"Jo soc molt més", campaña de Obertament contra el estigma

"Jo soc molt més", campaña de Obertament contra el estigma / Fidel Masreal

Fidel Masreal

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Esta vez los que suben al escenario son los "bichos raros", los que "se quejan por todo", los que "nunca encontrarán trabajo" vistiendo como visten. Las "histéricas", las personas a las que "nadie nunca querrá", las que no son "normales" y solo pretenden "llamar la atención", las personas "vagas" y que "nunca se independizarán". Mujeres y hombres que han pasado por un trastorno mental y que, además, tienen que cargar con una discrminnación por género.

Activistas de la entidad Obertament han dado la cara en la campaña "Jo soc molt més" ("Yo soy mucho más") para llamar la atención sobre una discriminación, que en datos de varios estudios, llevan a que el 40% de hombres no hable con nadie sobre sus problemas de salud mental porque se supone que los hombres "no lloran". O que entre las mujeres jóvenes se produzcan el doble de casos de discriminación por parte de la familia que entre los hombres jóvenes.

Y entre el colectivo LGTBI la discriminación consiste en la dificultad de "salir de un doble armario", como explica el director de la campaña y responsable de comunicación y marketing de Obertament, Jaime Pizarro. En este colectivo los índices de suicidio y de trastornos son muy superiores a los de la población en general.

Las discriminaciones

Noel, enfermero, revela que su padre era muy exigente y nunca aceptó su enfermedad. Y por ser hombre sentía que se le exigía mucha carga laboral: "Mi coordinador me exigía hacer muchas horas, más que a las mujeres por el hecho de ser mujer". "La figura del hombre -relata Xavi, otro activista- es la figura del líder, el referente, y esto me ha provocado dolor, porque estos comentarios [discriminatorios] me los he hecho a mí mismo: qué pensarán mis hijos si su padre, referente de la familia, tiene problemas de salud mental y además la sociedad te dice que una persona así es una persona incapaz e inferior".

A una de las protagonistas, una joven llamada Lauriane, cuando estuvo el hospital "una enfermera me preguntó porqué estaba triste si era guapa, cuando no tiene nada que ver cómo seas físicamente con tu estado de ánimo". A Isa, madre soltera, perfeccionista y "muy payasa", como ella misma se describe, recuerda como le dolió que le dijeran que "era una persona egoísta por querer tener hijos". A Júlia le llamaban "promiscua por ser mujer, histérica y vaga". "Puedo tener un trastorno mental pero principalmente soy mujer, soy como todo el mundo".

Doble discriminación

A Mar siempre le han dicho que es un "bicho raro" y frente a este estigma reivindica "derrotar" a las personas "normales". "Soy una persona trans, salí del armario primero del problema de salud mental, siempre a cara descubierta en el trabajo y en todas partes, y hay gente que lo comprende y que es solidaria, pero hay gente que te mira con mucho recelo", describe. Un compañero de trabajo se sintió empujado, tras la vivencia de Mar, a también pedir ayuda. "Hay una doble discriminación, a veces tienes miedo de ir por la calle, por las frases que te dicen... ya se les pasará algún día", concluye, con un mensaje final: romper barreras.