Mortales y sin cura

Estos son los ocho virus letales que todavía no tienen vacuna

Aislado un posible caso de virus de Marburgo en Valencia

¿Qué es y qué síntomas tiene el virus de Marburgo que se ha detectado en Valencia?

A continuación tenemos un recopilatorio de estos virus y sus características

Obtienen la secuencia completa del virus de la viruela del mono en España

Obtienen la secuencia completa del virus de la viruela del mono en España / Kiko Huesca

Paula Castillo

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Al inicio de la pandemia provocada por el covid, concretamente el 30 de enero de 2020, la Organización Mundial de la Salud añadió el Coronavirus a la lista de emergencias sanitarias con prioridad para la investigación y el desarrollo.

Tal y como informa la organización en su web oficial, a nivel mundial, el número de virus potenciales es muy grande, mientras que los recursos para la investigación y desarrollo son limitados. Y es que parece que a raíz de la pandemia se nos ha olvidado que hay otras bacterias letales que nos acechan, y para las que, desgraciadamente, todavía no tenemos ni cura ni vacuna.

A continuación tenemos un recopilatorio de estos virus y sus características:

Fiebre de Crimea Congo

Con una tasa de letalidad que oscila entre el 10% y el 40%, este virus se transmite de manera principal a los humanos a través de garrapatas y de ganado. No obstante, también se encuentra en un amplio abanico de animales salvajes y domésticos (principalmente en ovejas, vacas y cabras), que se contagian mediante la picadura de una garrapata infectada y permanece en la sangre por una semana aproximadamente. La infección no suele producirse en aves, pero si en avestruces, que han llegado a ser el origen de casos humanos. Entre personas puede darse una transmisión mediante contacto estrecho con sangre, órganos, secreciones y otros líquidos corporales producidos por las personas infectadas.

El virus se encuentra normalmente en África, los Balcanes, Oriente Medio y Asia, en los países por debajo de 50º de latitud norte, donde habita la garrapata que, actúa como su transmisor principal.

La Fiebre de Crimea-Congo causa brotes graves de fiebre hemorrágica viral. Los síntomas se inician de manera repentina y son muy variados, pero entre los principales se encuentran fiebre, dolor muscular, mareo, dolor, rigidez, vómitos, diarrea, cambios de humor, depresión, debilidad, taquicardias, erupción cutánea, deterioro renal e insuficiencia pulmonar.

Se identifica a través de diversas pruebas de laboratorio y por el momento no existe vacuna para animales o humanos.

Ébola

El Ébola se transmite a los humanos a través de animales salvajes, y posteriormente se puede contraer entre personas. Se detectó por primera vez en 1976, y recibió este nombre debido a que uno de los primeros lugares donde se identificó es la aldea de Yambuku (República Democrática del Congo), que está situada en las cercanías del río Ébola. El brote producido entre 2014 y 2016 en diversos países de África Occidental ha sido el más extenso y mortífero hasta entonces, con más casos y muertes que todos los demás juntos.

El virus se encuentra de forma natural en murciélagos frugívoros, y se transmite a los humanos a través del contacto de órganos, secreciones, sangre y otros líquidos corporales de animales infectados y, posteriormente, mediante la transmisión entre personas. También existe una potencial transmisión sexual.

El periodo de incubación es de 2 a 21 días, y no se produce el contagio hasta una vez han aparecido los síntomas. Estos pueden ser fiebre, debilidad, dolores corporales, vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción renal, y hemorragias internas y externas-.

Tiene una tasa de letalidad de aproximadamente el 50%, y actualmente no hay una cura, pero están en desarrollo diversos tratamientos. No obstante, hay una mejora de la supervivencia gracias a procedimientos de apoyo precoz que se basan en la rehidratación y el tratamiento sintomático. Además, en la actualidad se están evaluando dos posibles vacunas.

Enfermedad por el virus de Marburgo

Se trata de un virus que causa fiebre hemorrágica vírica grave en los seres humanos. Se identificó por primera vez en 1967 en Marburgo y Frankfurt (Alemania) y Belgrado (Serbia). Posteriormente, se han identificado casos esporádicos en Angola, Kenya, Sudáfrica, República Democrática del Congo y Uganda.

El virus de Marburgo proviene de la misma familia vírica que el Ébola, y la infección humana está causada por estancias largas en cuevas donde habitan murciélagos de la especie 'Rousettus'. Entre personas también se puede transmitir, a través del contacto con piel, sangre, secreciones, órganos y otros líquidos de personas infectadas, y superficies o materiales contaminados. Puede llegar a un 88% de letalidad, aunque según la OMS, podría ser mucho menor con un debido tratamiento de los pacientes.

Los síntomas iniciales son bruscos, con fiebre alta, dolores intensos tanto de cabeza como musculares y un gran malestar. Más adelante pueden aparecer diarrea intensa, dolor, cólicos abdominales, náusea, vómitos y hemorragias.

No se han aprobado tratamientos ni vacunas. En las personas infectadas se aplica terapia de apoyo con rehidratación y un tratamiento específico según los síntomas.

Fiebre de Lassa

La fiebre de Lassa se produce en África Occidental y tiene una duración de 1 a 4 semanas. Abarca una tasa de mortalidad global del 1%, que se amplifica al 15% en pacientes hospitalizados. Aproximadamente el 80% de las personas no tienen síntomas, y solo se produce una enfermedad grave en 1 de cada 5 personas, afectando a varios órganos como el hígado, brazo y riñones.

El virus se incuba durante un periodo de 2 a 21 días y las personas con síntomas pueden experimentar en sus primeros días fiebre, debilidad y malestar. En los casos más graves se pueden experimentar derrames, hemorragias, hipertensión, o sordera. Además, se puede llegar al coma.

Se transmite a los humanos a través del contacto con utensilios domésticos y alimentos que han sido contaminados por la orina o excrementos de roedores. También se puede transmitir en laboratorios y de persona a persona.

El virus se diagnosticó por primera vez en 1969, y se encuentra en diversos países del África Occidental.

Síndrome Respiratorio de Oriente Medio

Enfermedad respiratoria vírica detectada por primera vez en 2012 en Arabia Saudita, donde se han producido el 80% de los caos. Entre los síntomas principales se encuentran fiebre, tos, dificultades para respirar, y en algunos casos, neumonía o enfermedades respiratorias agudas graves.

De manera aproximada, el 35% de los pacientes notificados a la OMS han muerto. El virus se transmite de animales a personas, especialmente en dromedarios, animal asociado a infecciones en varios estados del Oriente Medio, África y Asia. También es posible la transmisión entre humanos, de manera principal en entornos de atención a la salud. De hecho, los mayores brotes se han originado en establecimientos de salud de Arabia Saudita, Emiratos Árabes y la República de Corea

Actualmente, no hay cura, pero se están en proceso de desarrollo diversos tratamientos y vacunas. En estos casos la única ayuda que se puede proporcionar es el apoyo basado en el estado del paciente.

Virus de Nipah

El virus de Nipah se detectó por primera vez en 1999 en Malasia, y en 2001 en Banglasesh, lugar donde desde entonces se han producido brotes de forma anual. Sin embargo, el virus no solo se limita a estas zonas, ya que se han encontrado pruebas serológicas de varias especies de murciélagos en países como Camboya, Ghana, Filipinas, Indonesia, Madagascar y Tailandia.

El virus de Nipah se puede transmitir a través del contacto entre animales (principalmente murciélagos y cerdos) y humanos y entre personas. Este se manifiesta de diferentes maneras, ya sea por infección asintomática, infección respiratoria y encefalitis letal.

Se estima que tiene una mortalidad del 40% al 70% de las infecciones, pero varía según el brote. Por ahora no hay tratamiento ni vacunas, y como en la mayoría de enfermedades de esta lista, el tratamiento consiste en el apoyo del paciente.

Fiebre del Valle de Rift

Esta infección vírica, aunque afecta de manera principal a los animales. Puede afectar a los humanos a través del contacto con la sangre u órganos de estos, o por la inhalación de aerosoles producidos durante el sacrificio de los animales que han sido infectados. Hasta la última actualización de la OMS, en febrero de 2018, no se han diagnosticado transmisiones entre personas. También se han detectado infecciones por picaduras de mosquito.

Se identificó por primera vez en 1931 en el Valle de Rift (Kenya), y desde entonces se han notificado diversos brotes en el África subsahariana.

Entre los síntomas se encuentran cefalea, dolores musculares y articulares. La mayoría de casos son leves, pero un pequeño porcentaje presenta síndrome de la enfermedad ocular (pérdida de visión), meningoencefalitis (caracterizada por complicaciones neurológicas), y fiebre hemorrágica.

La mayoría de casos son leves y cortos, por lo que los pacientes no tienen necesidad de un tratamiento específico. Actualmente, hay una vacuna inactivada para el uso humano, y se están investigando otras.

Zika

Este virus, transmitido por mosquitos, fue identificado por primera vez en 1947 en Uganda en un mono macaco, y en la década de los 50 en humanos de países africanos. Entre los 60 y los 80 se han identificado brotes esporádicos en África y Asia, y desde 2007 en África, América, Asia y el Pacífico. En 2019 aparecieron los primeros casos en Europa, y actualmente se ha notificado la aparición de este virus en 89 países.

La mayor parte de los infectados suelen ser asintomáticos, y cuando aparecen síntomas, son en general leves, como fiebre, conjuntivitis, dolores musculares y articulares, o erupciones cutáneas. No obstante, durante el embarazo puede provocar malformaciones en el bebé, muerte intrauterina, muerte prenatal y un parto prematuro.

No existe tratamiento para la infección, y se recomienda mucho reposo, beber líquidos, y tomar antipiréticos y analgésicos.

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