OPINIÓN: Dr. José María Triviño

Masculinización torácica: “La felicidad de los pacientes no tiene precio”

El procedimiento consiste en la extirpación de la glándula mamaria y otras técnicas de reconstrucción quirúrgicas para transicionar un tórax de aspecto femenino en uno de aspecto masculino.

Fotografía: Eva Sanz

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La masculinización torácica es un procedimiento que busca transicionar un tórax de aspecto femenino a uno de aspecto masculino. Si bien la principal diferencia entre ambos es la presencia de la glándula mamaria, existen otras diferencias entre un tórax masculino y uno femenino: la posición y el tamaño de la areola, los relieves musculares del pecho y la estructura global de la caja torácica.

La cirugía de masculinización torácica consiste no solo en la eliminación de la glándula mamaria, conocida como mastectomía, sino también en un conjunto de técnicas que se aplican para aportar una identidad congruente con la de nuestro paciente. 

Para determinar qué tipo de cirugía es la más apropiada, debemos tener en cuenta el tamaño del volumen mamario, la posición de este, el diámetro y la ubicación de las areolas y la constitución del paciente. Teniendo en cuenta estas características, debemos valorar cada caso como un caso único y plantear la mejor opción quirúrgica para el paciente.

Tres tipos de técnicas quirúrgicas

En la actualidad es cada vez más frecuente que los pacientes que están interesados en esta cirugía sean jóvenes y hayan pasado por un proceso de hormonación de forma precoz, lo cual es fundamental para frenar el estímulo hormonal y el desarrollo de la mama.

Sin embargo, antes de planear la cirugía debemos valorar los diferentes escenarios, dependiendo principalmente de qué nivel de desarrollo de la mama ha alcanzado el paciente.

- Resección glandular: se aplica si la glándula es pequeña y las areolas se encuentran en una posición anatómica coherente. Se realiza mediante una pequeña incisión localizada en el borde inferior de la areola.

- Extirpación de la glándula mediante una cicatriz circunferencial a la areola: se realiza en los casos de glándula mamaria más grande, por lo que existe cierto “exceso de piel”, o cuando la areola está ligeramente desubicada o presenta un diámetro elevado. Permite eliminar el potencial exceso de piel, reubicar ligeramente la areola o reducir su diámetro.

- Cuando la mama es de mayor tamaño, está caída o la areola está muy alejada de su posición teórica, es necesario llevar a cabo una incisión más grande, ubicada en el borde inferior del pectoral para que sea menos perceptible. Además, se realiza un injerto de las areolas.

Los resultados de la cirugía

El objetivo de este procedimiento quirúrgico es lograr los resultados más naturales posibles, intentando minimizar al máximo la cicatriz para que pase desapercibida. De esta manera, también intentamos eliminar el estigma social que se deriva de la intervención.

En general, las cicatrices son muy poco visibles, sobre todo cuando se ubican en el entorno de las areolas, ya que el cambio de color y la localización de éstas las hacen prácticamente invisibles. En algunos casos, cuando la mama es de mayor tamaño y se debe realizar una cicatriz sobre la línea del pectoral, la cicatriz es un poco más perceptible, aunque queda oculta con los relieves anatómicos.

La respuesta de los pacientes es muy positiva, siendo una intervención quirúrgica con un altísimo índice de satisfacción, tanto de las personas que se someten a la cirugía como de sus familiares y allegados.

Generalmente, se trata de pacientes que han pasado toda su vida, o parte de ella, conviviendo con una parte de su cuerpo con la que no se sienten identificados. Sin embargo, en la actualidad, podemos ponerle solución en poco menos de tres horas.

Otra ventaja que debemos tener en cuenta es que, en general, no presenta riesgos ni complicaciones, ya que las personas que se someten a esta técnica quirúrgica suelen ser pacientes sanos, jóvenes y sin patologías relevantes.

Mastectomía de género y estigma social

La disforia de género ha estado, está y seguirá estando presente entre nosotros. Sin embargo, en la actualidad ha cambiado la visión social sobre ella, lo que hace que este tipo de cirugía sea una intervención relativamente frecuente.

Esta transición en su tórax les permite poner en práctica su derecho a normalizar su cuerpo y sentirse bien con él, es decir, identificarse plenamente son su anatomía y su propia imagen, para no tener que esconderse. Debemos plantearnos, en muchas ocasiones, ¿por qué una mujer con el pecho grande puede realizar una reducción sin esconderse por ello y un chico trans no se puede hacer una mastectomía?

Este procedimiento tiene resultados muy positivos y los pacientes y sus familias responden con una felicidad que, para el especialista en Cirugía Plástica, no tiene precio.

Dr. José María Triviño

BARCELONA

Triviño, Cirugía Plástica y Estética

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