CRISIS SANITARIA
Las librerías independientes, sin plan B para sus ventas
Mientras las grandes superficies y Amazon tienen garantizados sus canales de distribución para compras 'online', las pequeñas no
Los pequeños libreros han despertado este lunes con una creciente sensación de inseguridad respecto al futuro. Aunque algunos de ellos, atendiendo a la letra de las directrices a tomar respecto del coronavirus, podrían plantearse abrir hipotéticamente, porque sus librerías también venden revistas y por tanto, prensa, todos los comercios del libro, grandes y pequeños, han cerrado sus puertas. Lo que no invalida que, tras la persiana bajada, hagan cábalas de cómo actuar a partir de ahora. En estos momentos, tan solo grandes superficies como Casa de Llibre, que depende del grupo Planeta, y Fnac tienen asegurados sus canales de distribución de envío de libros a través de internet, aunque sin la capacidad de estoc de Amazon, que está ampliando su red de repartidores autónomos en estos días de río revuelto.
Por mucha solidaridad que exista entre los pequeños libreros, que estos días se comunican continuamente entre sí, se enfrentan a un mínimo de 15 días de parón apretando los dientes y sin un plan global. Para empezar, no todos los libreros cuentan con web en la que poder realizar los pedidos a domicilio, pero incluso en ese caso también depende de la decisión del librero. "Nosotros tenemos web, pero por responsabilidad no vamos a vender a través de internet", asegura Xavier Vidal, de las librerías Nollegiu de Poble Nou y El Clot. "Si lo hiciera, cuál sería el resultado, unos 20 libros que acabará llevando un pobre repartidor jugándose la salud. En estas condiciones, no me parece justo".
Con web o sin web
En la librería Documenta, que también tiene web y un servicio de mensajería que vehiculan a través de una empresa de transporte, han decidido seguir aceptando pedidos, pero sin mucha confianza en los resultados. "Esta misma mañana hemos dado curso a un pedido de Alicante -explica el librero Éric del Arco- y nos hemos puesto en contacto con ellos para preguntarles si realmente lo quieren porque, en estas condiciones, no puedo asegurar que el libro llegue a su destino en los dos días que solemos tardar o peor aún, si va a llegar realmente".
Un tercer caso es el de la librería Calders, que no tiene web y que naturalmente no se plantea ninguna alternativa digital al cierre. La mañana del lunes todavía recibían reposiciones y algunas novedades (las novedades de Sant Jordi, que se van a quedar en barbecho hasta nuevo aviso) por parte de las grandes distribuidoras, en especial de Logista, distribuidora de Planeta, pero UDL, otra de las importantes, con almacén en Madrid, en estos momentos solo funcionan los servicios mínimos. Sucunza, librera de Calders, espera que, dado que el Gremi de Llibreters tiene una reunión este martes, se trace ahí un plan de petición de medidas paliativas para el sector, además de la decisión sobre cuándo se celebrará Sant Jordi y cómo. Una decisión "que ya llega tarde".
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