Verbena en el punto de mira

El operativo de Colau no gusta a la Barceloneta

Vecinos, comerciantes y restauradores alertan del difícil control del civismo en el barrio en una noche multitudinaria e insisten en reclamar el cierre de las playas

Botellón en la playa de la Barceloneta

Botellón en la playa de la Barceloneta / CAPTURA VIDEO EFE

Patricia Castán

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Desde que en mayo se levantó el toque de queda, la Barceloneta tiembla cada noche de fin de semana. El buen tiempo y la arena se convierten en la barra más larga de Barcelona, donde cientos de jóvenes se entregan al botellón a falta de otras opciones de madrugada. Ni siquiera la reapertura del ocio nocturno desde el día 21 lo evitará, porque el horario se queda corto para muchos noctámbulos, que además han aprendido que es mucho más económico reunirse y beber en plan silvestre en esta y otras zonas calientes de Ciutat Vella. En esta coyuntura, blindar el acceso a través del barrio pero permitir el uso de sus playas como escenario de verbena, como ha anunciado este martes la alcaldesa Ada Colau, no convence ni a los vecinos ni a los comerciantes y restauradores hartos de ser noticia por el incivismo en la zona y temerosos de que el jueves la playa y las calles amanezcan arrasadas.

La decisión municipal viene precedida por uno de los consejos de barrio más tensos que se recuerdan, celebrado la noche del lunes, apuntan los vecinos. Hacía días que las entidades habían pedido uno extraordinario, y al final el encuentro tuvo lugar en la plaza de Hilari Salvador, con dos temas centrales (el otro era del ámbito educativo), aunque el incivismo, el auge del botellón y la oposición frontal del barrio a la utilización de sus playas como escenario de verbena de Sant Joan fueron protagonistas. Las distintas entidades de la Barceloneta coincidieron en que la medida más prudente para preservar el barrio marinero era el cierre de las playas esa noche especial, pero también las de los fines de semana hasta que se reestablezca el horario normal del ocio.

Escepticismo con el operativo

Desde la Associació de Veïns de la Barceloneta, su presidente, Manel Martínez, coincide con operadores del ocio nocturno en que la situación de la zona no se aliviará con los actuales horarios de reapertura (hasta las 3.30 horas), dado que al cerrar todos establecimientos "en el momento álgido de la noche", los clientes saldrán a la calle a la vez y con ganas de prolongar la fiesta en la vía pública o las playas.

La entidad da por hecho que aunque la gente no pueda cruzar el barrio y llegue a la playa desde accesos laterales, será una noche de excesos. "Saldrán lateros desde almacenes clandestinos de todo el barrio", sostiene. Califica de "ciencia ficción" el operativo defendido por la alcaldesa, a la que reclaman contundencia contra los incívicos y castigos que entrañen trabajo social. La plataforma La Barceloneta diu Prou también alerta de que la convivencia se ha visto muy alterada por la incidencia de los botellones y los episodios incívicos en el barrio, en los participan algunos turistas, pero también residentes de la ciudad, locales y extranjeros, relatan los vecinos.

En la asociación ACIB Barceloneta, que integra a comerciantes y restauradores, son críticos con la elección del consistorio. Defienden la clausura nocturna del litoral, aunque el concejal de Ciutat Vella, Jordi Rabassa, lo descarte por su complejidad logística. Una negativa que sorprende al presidente del colectivo, Sergi Ferrer, recordando el cierre de hace un año. Los empresarios están hartos de que los jóvenes que son desalojados del litoral ensucien las calles y orinen contra las persianas de los negocios. Ven más difícil cortar todos los accesos al mar desde sus calles. "Estas semanas ha sido un horror y es necesario tomar medidas", dice, a la vista de que Sant Joan será multitudinario y podría atraer a público de otros municipios cuyas playas estarán cerradas. Por no hablar de los contagios.

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