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La Barcelona de 'Los Tarantos', tercera película española nominada al Oscar 

Recordamos los lugares, algunos ya desaparecidos, de la mítica película de 1963 de Rovira Beleta, tercera de nacionalidad española que recibió una nominación al Oscar a la mejor película de habla no inglesa

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Antonio Gades, en un fotograma de 'Los Tarantos', la tercera película española nominada a los Oscar.

Antonio Gades, en un fotograma de 'Los Tarantos', la tercera película española nominada a los Oscar.

Juan Manuel Freire

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Que hoy sea día de anuncio de nominaciones a los Oscar nos sirve de excusa para recordar 'Los Tarantos', tercera película española que optó a estos premios en la categoría de mejor filme de habla no inglesa; en 1964, hace justo 60 años. El ecléctico director Francisco Rovira Beleta acabó perdiendo la estatuilla, que al menos fue a parar a Federico Fellini por 'Ocho y medio'. 

'Los Tarantos' no está disponible en 'streaming', pero se puede localizar en DVD en diversas bibliotecas de Barcelona. Merece la pena hacer el esfuerzo, ya sea para descubrirla o revisitarla: fue y todavía es una electrizante actualización del drama de 'Romeo y Julieta', cambiando a los Capuletos y Montescos por los Zorongos, gitanos adinerados, tratantes de caballos, y sus atávicos enemigos titulares, más bien bohemios, capitaneados por la feroz matriarca a la que interpreta la mítica bailaora y cantante Carmen Amaya. Su hijo favorito, Rafael (Daniel Martín), comete el error de prendarse de Juana (Sara Lezana), hija del jefe de los Zorongos. Y esta última se atreve a corresponder las atenciones. 

Dos Barcelonas opuestas

Esta historia de dos familias se desdobla, parafraseando a Dickens, en la de dos Barcelonas: la más planificada y la más informal del barraquismo, en concreto la zona del Somorrostro, barrio de gitanos, pescadores e inmigrantes que ocupaba parte de lo que ahora son el Poblenou y la Barceloneta. Allí nació Amaya y allí brilló en sus últimos días: aquejada de una insuficiencia renal, rodó la película contra los consejos de su doctor y murió dos semanas después del estreno de la misma. 

Además de tragedia con aires de musical flamenco, 'Los Tarantos' es un documento casi etnológico de gran valor, una oportunidad para observar un lugar y una forma de vida ya desaparecidos. Solo cuatro años después del rodaje, en 1966, aquella zona de barracas se erradicó para la construcción del paseo marítimo y la celebración de unas maniobras militares. 

Farruca regada

Pero su escena seguramente más famosa se desarrolla en las Ramblas, donde el vividor Mojigondo (Antonio Gades), mejor amigo de Rafael, baila una farruca bajo el arco formado por las mangueras de la madrugada. Imposible que Almodóvar no pensara en ese momento cuando puso a Carmen Maura a gritar "¡riégueme, riégueme!" en 'La ley del deseo'. 

Por otro lado, hay secuencias en el bar Las Guapas, que ya no existe; Las Arenas, cuando aún era plaza de toros en activo; la Catedral de Barcelona; la plaza Reial, o el Paral·lel, donde el hijo pequeño de los Zorongos invita a brillantina a la hija pequeña de los Tarantos, encarnada por la legendaria La Singla.

Como recordaba Olga Merino a raíz de la retrospectiva y exposición dedicadas a Rovira Beleta en la Filmoteca en el 2015, hay mucha, mucha Barcelona en la obra del director de 'Los Tarantos': se pueden rastrear el Putxet, haciendo las veces de Marruecos, en 'Doce horas de vida' (1948); la sala Bikini de los cincuenta en la futbolística 'Once pares de botas' (1954), o la Biblioteca de Catalunya, en forma de penal, en 'Los atracadores' (1962).